Topic: Local Government

A line of cars drives past a blue sign that reads evacuation route.

Marejada: ¿Cómo se pueden preparar las ciudades y las regiones para la reubicación climática?  

Por Jon Gorey, January 19, 2025

El dia después de que el huracán Katrina tocara tierra en la costa del golfo en agosto de 2005, Jessica DandridgeSmith cumplió 16 años. Pero, en lugar de celebrar su cumpleaños en su casa, ella y su familia habían evacuado Nueva Orleans con lo que quedaba de sus posesiones en una sola maleta. Cuando pudo regresar a la ciudad, el sufrimiento que vio, de manera desproporcionada en los vecindarios negros y acompañado por una lenta respuesta de ayuda federal, la enojó. El dolor y el daño fueron obra de una tormenta violenta, sí, pero notó que Katrina había encontrado un cómplice despiadado en siglos de racismo estructural y fracasos políticos.  

Así comenzó una carrera de dos décadas en organización y defensa de la comunidad. Durante los últimos cinco años, como directora ejecutiva de Water Collaborative of Greater New Orleans, DandridgeSmith ha estado trabajando para “convertir el agua en un derecho humano” en el sureste de Luisiana, dice. Eso implica hacer valer la opinión de la comunidad en busca de cambios sistémicos y sostenibles en torno a los problemas del agua, desde soluciones de aguas pluviales y de reducción de riesgo de inundaciones basadas en la naturaleza hasta garantizar el acceso al agua y su capacidad de pago. Dice que una de las preguntas que guían su trabajo es: “¿Cómo sería convertir las perspectivas de la comunidad en políticas?”.

Su dedicación a responder esa pregunta llevó a DandridgeSmith a Cambridge la primavera pasada, donde el Instituto Lincoln de Políticas de Suelo y la Universidad de Massachusetts Amherst celebraron una reunión sobre migración climática. Alrededor de dos docenas de personas de todos los rincones de los Estados Unidos asistieron al evento en representación de instituciones académicas y de investigación, organizaciones sin fines de lucro, gobiernos municipales, empresas de servicios públicos y agencias de planificación regional, entre otras organizaciones.

Durante su tiempo juntos, compartieron conocimientos vividos y aprendidos y perspectivas únicas de sus comunidades. Y hablaron sobre cómo planificar y prepararse para lo inevitable: a medida que se intensifican los impactos del cambio climático, lo que hace que la vida se vuelva incómoda o intolerable en lugares más propensos a la sequía, los incendios forestales o las inundaciones, las personas se reubicarán en lugares cada vez más seguros. Estos movimientos pueden ocurrir de manera lenta, con previsión, si se cuenta con los medios; o de forma abrupta, por necesidad, frente al desastre. Y pueden llevar a las personas a cualquier lugar cercano por carretera o a lugares que se han promocionado como “paraísos climáticos”, como la región de los Grandes Lagos o el norte de Nueva Inglaterra.

Algunos de los asistentes, como DandridgeSmith, provenían de áreas propensas a desastres. Otros viven en comunidades receptoras, lugares que anticipan una afluencia de recién llegados desplazados por el cambio climático. “Hemos tenido un crecimiento demográfico estancado en el condado durante años y años”, dice Mike Foley, quien dirige Cuyahoga Green Energy en Ohio, una empresa de servicios públicos propiedad del condado encargada de crear microrredes de electricidad renovable. Foley señala que Cleveland tenía tres veces más residentes hace solo 60 años. “Así que, en teoría, podemos ser una comunidad receptora”.

Sin embargo, durante los dos días en los que transcurrió el evento, surgieron algunos temas recurrentes, como se describe en un documento de trabajo reciente. Una de las conclusiones más sorprendentes que surgió fue muy sombría: no hay tal cosa como un paraíso climático: ningún lugar está completamente protegido del riesgo climático. 

A dónde va la gente y por qué 

Los asistentes de Vermont, una ciudad conocida como un paraíso climático, relataron cómo el miedo y las inundaciones que enfrentaron durante el huracán Irene en 2011 regresaron poco más de una década después, en julio de 2023, cuando fuertes lluvias inundaron la capital del estado y otras áreas, lo que causó una pérdida de USD 2.200 millones en daños en el norte de Nueva Inglaterra y Nueva York. Se llegó a la misma conclusión el año pasado, cuando el oeste de Carolina del Norte, que durante mucho tiempo fue considerado un paraíso climático con un riesgo bajo de sequía, incendios forestales o aumento del nivel del mar, sufrió inundaciones catastróficas como secuela del huracán Helene. La tormenta y las inundaciones repentinas dejaron al menos 96 muertos en Carolina del Norte y causaron una pérdida de USD 53.000 millones en daños.

Estos eventos dejan claro que ningún lugar puede considerarse inmune al cambio climático, lo que hizo que todas esas tormentas fueran más fuertes y dañinas. Pero con proyecciones que muestran que, para el año 2100, al menos 13 millones de estadounidenses serán desplazados solo por el aumento del nivel del mar, por no hablar de incendios forestales, calor extremo o sequía, se podría decir que algunas áreas presentan riesgos menores o más tolerables que otras. Eso no solo hace referencia a los llamados “paraísos climáticos” que están en la otra punta del país. Estas áreas más tolerables pueden ser vecindarios un poco alejados de la ciudad que son menos susceptibles a las inundaciones o bloques de apartamentos en el centro que están más seguros contra los incendios forestales que los que se encuentran a las afueras de una ciudad.

 

Una casa dañada después de una inundación. El techo está levantado y un lado de la casa está abierto después de haber sido dañado. Alrededor yacen pedazos de la casa y otras, y árboles caídos. Los dos propietarios de la casa con el senador estadounidense Peter Welch evalúan el daño.
Los propietarios de viviendas del centro de Vermont que se enfrentan a los daños causados por una inundación se reúnen con el senador estadounidense Peter Welch, a la derecha. El estado, que fue considerado durante mucho tiempo un paraíso climático, se ha visto cada vez más afectado por fenómenos meteorológicos extremos. Crédito: Oficina del Senador Welch.

 

Entonces, ¿qué pueden hacer las ciudades y las regiones para prepararse para los cambios de población a gran escala inducidos por el clima? Con la convocatoria de este grupo intersectorial y multidisciplinario, que puede haber sido el primero de su tipo dedicado a la movilidad climática, dice Amy Cotter, directora de sostenibilidad urbana en el Instituto Lincoln, se obtuvo información valiosa que puede guiar a los planificadores, funcionarios electos e investigadores que intentan responder esa pregunta. “Sacamos provecho de esa conversación, porque éramos un grupo con perspectivas muy variadas”, dice Cotter, y señala que los participantes compartieron muchas lecciones aprendidas con esfuerzo y participaron en un tipo de intercambio de ideas políticas que ayuda a impulsar tanto estrategias creativas como aquellas que ya han sido probadas en el tiempo.

Una de las primeras ideas que surgió del debate fue que las personas y las comunidades afectadas por la movilidad climática tienen necesidades muy diferentes, según el contexto. Un californiano que acepta un nuevo trabajo en el Medio Oeste después de haber estado cerca de un incendio demasiadas veces llega en circunstancias muy diferentes a las de una familia que acaba de perder su hogar por un huracán, por ejemplo.

Por este motivo, resulta útil distinguir entre reubicación “rápida” y “lenta”. La reubicación rápida suele ocurrir en un estado de urgencia después de un desastre, como resultado del desplazamiento y, a menudo, puede ser de naturaleza temporal. La reubicación climática lenta, por otro lado, tiende a ser una decisión más permanente y deliberada, influenciada por innumerables factores. Por ejemplo, las preocupaciones típicas, como oportunidades de trabajo y costos de vivienda, y también la fatiga por los sucesivos impactos del cambio climático, como advertencias repetidas de evacuación por incendios o incidentes de inundaciones en días soleados.

Esa distinción tiene importantes implicaciones de equidad, dice Cotter, y determina qué tipo de apoyo y recursos necesitarán los recién llegados y sus comunidades receptoras. “Las personas que se enfrentan a una crisis no tienen más remedio que reubicarse. Pero la migración lenta es algo que también está ocurriendo; no se habla mucho del tema y quienes la llevan a cabo son personas que tienen los medios para tomar la decisión de mudarse”, dice.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, las personas tienden a trasladarse a lugares donde pueden encontrar oportunidades, seguridad y conexiones, ya sea que se trate de familiares, amigos o un entorno cultural conocido.

A veces eso significa mudarse a solo unos pocos kilómetros de distancia, al lugar seguro más cercano dentro de la misma área metropolitana. Otras veces, se elige un lugar más distante, pero que comparte la misma cultura del lugar que se deja atrás. Por ejemplo, después de que el huracán María devastara Puerto Rico en 2017, decenas de miles de residentes abandonaron la isla, muchos de los cuales se reasentaron en Florida, Pensilvania, Nueva York y Massachusetts.

 

“Sin importar si se están moviendo en respuesta a una crisis o porque están tomando una decisión para evitar una situación futura en la que sea imposible vivir, las personas van a donde tienen algún tipo de conexión”, dice Cotter. “Y es por eso que vemos que las personas se trasladan a lugares cercanos, lugares que podrían estar distantes o, incluso, . . . otros lugares que podrían estar en peligro. Porque ahí es donde tienen conexiones o pueden encontrar algo asequible, pero no porque estén eligiendo un lugar que se ha demostrado que tiene un riesgo menor”.

Esas vías culturales y económicas existentes podrían proporcionar indicios sobre quién migrará a dónde y brindar datos sobre los tipos de infraestructura, tanto de infraestructura dura como el tránsito, las redes eléctricas y el suministro de agua, como de infraestructura blanda o social, como la salud y los servicios humanos, que las comunidades necesitan para asentar a los recién llegados de una manera sostenible y equitativa.

Lo que el sur puede enseñar al norte  

Si hablamos de desplazamiento y reubicación rápida, los participantes estuvieron de acuerdo en que las ciudades del norte de los Estados Unidos podrían aprender mucho de sus contrapartes del sur que, durante mucho tiempo, han lidiado con desastres con más frecuencia. Por ejemplo, los cinco estados de la costa del golfo, Texas, Luisiana, Mississippi, Alabama y Florida, han experimentado tantos desastres con un costo de miles de millones de dólares en los últimos cinco años como toda la región noreste entre 1980 y 2018 (incluso ajustado por inflación), según datos de 2025 de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés).

Pero el cambio climático ha dejado al norte cada vez más vulnerable. Después de promediar solo uno o dos desastres importantes al año durante tres décadas, el noreste ahora se ve afectado por alrededor de siete de ellos al año. (Los estados de la costa del golfo promediaron un costo de casi 2.000 millones de dólares en desastres por mes en 2023). Y debido a que la mayoría de las personas tienden a irse al lugar seguro más cercano donde tienen familiares o amigos, las ciudades y organizaciones del sur tienen lecciones para compartir con las comunidades receptoras en el norte.

Por ejemplo, las organizaciones de asistencia legal sin fines de lucro en el sur tienen más experiencia en programas federales de asistencia en casos de desastre y en la obtención de fondos de ayuda para las comunidades y los evacuados. DandridgeSmith y otros asistentes del sur también se sorprendieron al escuchar que pocos participantes del noreste tenían planes de evacuación sólidos, incluso si tales planes existen de manera formal, no son prioridad como en las zonas más propensas a desastres, y que la coordinación regional en tales asuntos es limitada.

“Sin duda fue una gran experiencia esclarecedora”, dice DandridgeSmith. “Los miembros de la comunidad no sabrán cómo reaccionar sin esa planificación de preparación para emergencias, teniendo en cuenta que preparar a las personas con anticipación y después de que ocurra algo requiere comunicación, en todos los niveles de gobierno”.

Nueva Orleans siempre ha sido un lugar desafiante para vivir, desde hace cientos de años, dice. Pero esa redundancia ayuda a construir resiliencia, tanto a nivel municipal como personal. “Estar en Luisiana después de un huracán es una experiencia increíble, porque ha ocurrido tantas veces que no hay pánico. Hay tristeza y frustración, y tal vez incluso miedo, pero nunca he visto a la gente unirse de la manera en que lo hacen los residentes de Luisiana”, dice. “Pase lo que pase en el futuro de la crisis climática, los habitantes de Luisiana seguiremos allí. Podemos sobrevivir a cualquier desastre. Y eso no es solo un testimonio de nuestra resiliencia, también es un testimonio de la resiliencia aprendida”.

 

La activista Jessica Dandridge-Smith se ríe en un muelle. Al horizonte se ve la ciudad de Nueva Orleans.
Los habitantes de Luisiana pueden “sobrevivir a cualquier desastre” dice activista Jessica Dandridge-Smith, quien dice que el sur puede ayudar al norte acerca de la respuesta ante desastres y movilidad climática. Crédito: Foto de cortesía.

 

A DandridgeSmith y otros no les gusta la forma en que la conversación actual sobre el clima tiende a centrarse en la resiliencia, ya que, con sutileza, impone a las personas la carga de soportar más dificultades de las que deberían. Pero en el debate destacó que la tenacidad ganada con tanto esfuerzo de la comunidad de Nueva Orleans ayudó a desencadenar una iniciativa innovadora que tiene el potencial de replicarse.

“Después del huracán Ida, algunas personas no tuvieron electricidad durante varias semanas”, explica DandridgeSmith. “Lo que terminó sucediendo es que las personas que tenían electricidad, ya sea debido a que estaban en una red diferente o que tenían un generador, tomaron cables de extensión y los pusieron en la parte delantera de su vivienda, y la gente podía ir y cargar su teléfono, computadora o equipo médico. Y muchas de las iglesias también hicieron lo mismo”.

Eso inspiró a un grupo llamado Together New Orleans a formar el programa Community Lighthouse, una coalición de 85 organizaciones religiosas que actuarán como centros de resiliencia comunitaria durante los cortes de energía. Cada centro “faro”, incluidas iglesias, templos, mezquitas y otras instituciones de la ciudad, estará equipado con paneles solares a escala comercial y baterías de respaldo, para que pueda actuar como centro de refrigeración o calefacción de emergencia durante los cortes de energía y proporcionar alimentos, cargar equipos médicos ligeros y dispositivos de comunicación, y otros servicios esenciales.

 

Un gráfico explica cómo funciona el programa Faros Comunitarios. La primera imagen muestra una ciudad de día, con postes de luz y una iglesia, con líneas conectándolos a una batería bajo el suelo. Debajo de esta imagen se lee, en inglés, En tiempos normales, el panel solar ayuda a sufragar los costos de electricidad. La segunda imagen muestra la misma ciudad durante una tormenta, con los postes de luz tumbados. Debajo de esta imagen se lee, en inglés, Si la red se cae, el almacenamiento de la batería restaura la energía para que las instituciones comunitarias puedan responder.
El programa Community Lighthouse (Faros Comunitarios) en Nueva Orleans es una coalición de 85 organizaciones religiosas que han acordado servir como centros de resiliencia comunitaria durante los cortes de energía después de grandes tormentas. Crédito: Together New Orleans.

 

Después de que el huracán Francine causara cortes de energía en septiembre, nueve de los primeros centros de Community Lighthouse, cuatro de ellos completamente alimentados por energía solar y baterías, recibieron a unos 2.300 residentes. Cada centro piloto cuenta con un equipo de respuesta ante desastres capacitado, la “infraestructura humana” que es tan crucial en este tipo de crisis, y puede proporcionar a las organizaciones de ayuda, como la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por su sigla en inglés) o la Cruz Roja, un lugar de confianza desde el cual distribuir suministros, alimentos, formas de comunicarse y otras maneras de asistir a los residentes. Dichos centros de respuesta centralizados también pueden establecerse en las comunidades que reciben a los evacuados, ya que los recién llegados suelen necesitar ayuda para encontrar vivienda, solicitar asistencia por desastres climáticos, inscribir a sus hijos en las escuelas locales y, en general, establecerse y estabilizarse en una nueva comunidad 

Vivienda asequible y reubicación climática

Si bien todavía hay muchas incógnitas en torno a la migración lenta, por ejemplo, ¿cuáles son los puntos de inflexión que empujan a las personas a reubicarse y a dónde o qué tan lejos van?, Cotter sostiene que los costos de vivienda son un tema central. “Ya estamos viendo la reubicación climática en acción, pero las tendencias muestran que las personas se han estado moviendo hacia el peligro en lugar de alejarse de él”, dice, a menudo atraídas por la capacidad de pago de la vivienda. Los condados más propensos a incendios e inundaciones en los Estados Unidos, en particular los de Texas y Florida, siguen registrando una afluencia neta de nuevos residentes, según Redfin.

“Si se observan los mapas de migración nacional y carestía de la vivienda, es imposible ignorar el hecho de que las personas están aceptando más riesgos para encontrar un lugar que sea asequible para sus familias”, dice Cotter. “Y esa es una desventaja que se ven obligados a aceptar debido a las políticas que dejan como resultado la falta de viviendas asequibles, en particular, en lugares de bajo riesgo”.

Los estadounidenses se han estado mudando al Cinturón del Sol durante décadas, desde que el aire acondicionado doméstico se convirtió en algo común en la década de 1960. Por ejemplo, en el área metropolitana de Phoenix, la población se duplicó con creces entre 1950 y 1970 (a más de 1 millón), luego se duplicó otra vez en 1990 (a 2,2 millones) y, luego, se duplicó de nuevo en 2020 (a 4,8 millones), a pesar de las olas de calor cada vez más largas y abrasadoras que, hoy en día, se cobran la vida de cientos de residentes cada año. Una casa promedio en Phoenix se vendía por USD 451.000 en octubre, según Redfin; eso ronda el promedio nacional, pero es menos de la mitad del precio de las casas en San Diego (USD 950.000) o Los Ángeles (USD 1.040.000).

 

Un cartel da la bienvenida a visitas a Phoenix, Arizona (población 620.000) en la década de los 1970. En las décadas recientes, la población de la ciudad se ha más que duplicado y la población del área metropolitana ha aumentado a casi 5 millones. Crédito: Hum Images/Alamy Stock Photo.

 

Mientras tanto, en California y otros lugares de los Estados Unidos, a medida que la expansión urbana descontrolada (combinada con la zonificación restrictiva y las normativas de estacionamiento) empujó la construcción de nuevas viviendas a áreas exurbanas, es decir, a la interfaz urbano-forestal, donde la naturaleza y los humanos colisionan, millones de personas más se mudaron a áreas en riesgo de incendios forestales en las últimas décadas, momento en el que el cambio climático estaba haciendo que esos incendios fueran más frecuentes y más severos. Los incendios forestales del condado de Los Ángeles a principios de 2025 sirvieron como un trágico recordatorio de esta verdad.

Entonces, lograr que más personas elijan una seguridad relativa por sobre el riesgo climático significa crear hogares y vecindarios más asequibles en lugares más seguros.

Ese es un desafío que Maulin Mehta está tratando de abordar como director para Nueva York de Regional Plan Association. En términos de movilidad climática, el área metropolitana de Nueva York, como muchas otras, podría verse como una comunidad receptora y de origen. Partes de la ciudad ya han sucumbido a los efectos del cambio climático —cientos de propietarios de viviendas de Nueva York participaron en programas voluntarios de compra y adquisición después del huracán Sandy, una tormenta que se volvió más severa por el cambio climático— y el aumento del nivel del mar amenaza a muchas más viviendas. Según Climate Central, unas 52.000 viviendas de la ciudad de Nueva York estarían en riesgo si ocurre una inundación de un metro y medio (que pronto será habitual). Sin embargo, la fuerza de gravedad económica y cultural de la metrópolis más grande de los Estados Unidos sigue atrayendo un flujo constante de recién llegados.

La región ya está sumida en una crisis de vivienda, dice Mehta, y el cambio climático solo la exacerbará a medida que más áreas se vuelvan inhabitables. Por lo tanto, crear las condiciones para fomentar más viviendas es fundamental para el futuro de la región, en especial en los suburbios que durante mucho tiempo han utilizado la zonificación exclusiva para sofocar el crecimiento.

“Hemos estado tratando de averiguar cómo podemos promover la reforma de la zonificación a escala para crear una oferta de vivienda más amplia, sin concentrarnos en comunidades y áreas específicas que podrían estar más abiertas al desarrollo, porque un vecindario no resolverá la crisis de vivienda de todo el estado”, dice Mehta. “Hay casos de desplazamiento hacia el trabajo inverso, es decir, desde la ciudad de Nueva York a los suburbios, porque no hay lugar para vivir en los suburbios. Así que solo estamos tratando de averiguar cómo podemos abordar la necesidad práctica de vivienda de manera más amplia”.

Para hacer eso, para lograr que los residentes suburbanos reticentes renuncien a las prácticas de zonificación excluyentes y permitan el tan necesario desarrollo de viviendas, Mehta dice que la narrativa en torno a las viviendas asequibles y densas debe cambiar. “Una cosa que hemos estado tratando de hacer es replantear el significado de vivienda asequible”, dice Mehta. “La gente se resiste cuando cree que su vecindario unifamiliar será invadido por [extraños]. Pero no creo que relacionen el concepto de viviendas asequibles a la problemática que aluden cuando dicen ‘Oh, los maestros de mi hijo ni siquiera pueden darse el lujo de vivir aquí, nuestros oficiales de policía y bomberos no pueden darse el lujo de vivir aquí’”.

La mayoría de las reubicaciones climáticas hasta la fecha se han dado dentro de una localidad o una región, lo que significa que los migrantes climáticos de Nueva York pueden ser tanto de Long Island como de Houston. “Podemos decir que no se trata de la llegada de personas nuevas, sino de nuestros propios vecinos, de los miembros de nuestra propia familia, que están en peligro”, dice Mehta. “Parte del cambio narrativo requiere que las personas replanteen la forma en que ven los nuevos tipos de vivienda, que dejen de pensar en los extraños y que piensen en las personas que les importan”.

Cables, tuberías y bombas, y cómo pagarlos 

Si bien el área de Cleveland podría beneficiarse de un aumento de la población y tiene mucha agua dulce en sus alrededores y viviendas más asequibles que la mayoría de las ciudades de los Estados Unidos, a Foley le preocupa la preparación de la infraestructura anticuada del área, gran parte de la cual no ha recibido la suficiente inversión en las últimas décadas, para recibir a decenas de miles de nuevos residentes. Dice que, después de una tormenta el verano pasado, unas 350.000 personas estuvieron sin electricidad durante varios días. “Nuestra red eléctrica sigue siendo bastante frágil en casi todas partes”, dice.

Pero la región también tiene una ventaja clave para crecer de manera sostenible: los derechos de paso existentes para nuevas infraestructuras. Si bien algunas áreas se enfrentan a batallas legales para tratar de ubicar nuevas líneas de generación y transmisión de energía renovable, Foley dice: “Tenemos una red bastante madura de derechos de paso legales, por lo que no tenemos que inventar nada nuevo, ni gastar mucho tiempo y dinero en honorarios de abogados para averiguar dónde colocar los cables, las líneas y las tuberías”.

En ese sentido, gran parte del trabajo necesario se basa en mejorar y modernizar el servicio a lo largo de los corredores actuales que están fuera de peligro. Pero, si bien contar con derechos de paso simplifica las acciones, no las abarata. “Electrificaremos los vehículos, electrificaremos los sistemas de calefacción de los hogares”, dice Foley. “Tenemos infraestructura integrada en muchos hogares y edificios que dependen del gas natural, y para abordar el cambio climático tenemos que empezar a electrificar todo, lo cual es caro y no es sencillo. . . . Y, además, agregar unas posibles 100.000 o 200.000 personas más en la región, y eso es un estrés aún mayor”.

Dado que Cuyahoga Green Energy es una empresa de servicios públicos recién creada, aún no está agobiada por el costoso mantenimiento de equipos viejos o defectuosos, dice Foley, “pero tendremos que construir nueva infraestructura”. Foley espera que el modelo de asociación públicoprivada que ha desarrollado la empresa de servicios públicos (con dinero de subvención federal) ayude a lograr eso de una manera rentable.

Un operador externo construirá y será el propietario de los proyectos iniciales “bajo los auspicios de la empresa de servicios públicos, y luego de haber recuperado la inversión, tendremos el derecho de tomar el control y la propiedad de esa infraestructura”, explica. “Así que, si actuamos con inteligencia, ese modelo nos puede permitir construir la infraestructura del futuro sin hacer saltar la banca del gobierno local”.

 

Mike Foley sonríe delante de un techo cubierto de paneles solares.
Inversiones en infraestructura serán críticos para enfrentar el cambio climático, especialmente en regiones que esperan una afluencia de nuevos residentes, dice Mike Foley de Cuyahoga Green Energy en Ohio. Crédito: Foto de cortesía.

 

En Vermont, Green Mountain Power amplió su popular programa de baterías de respaldo hace poco tiempo. La empresa de servicios públicos ofrece alquileres con grandes descuentos o rebajas de hasta USD 10.500 en baterías de respaldo instaladas si los propietarios se inscriben para compartir la energía almacenada durante los períodos de mayor demanda, por ejemplo, las horas más calurosas de una tarde de julio. Esto ayuda a localizar y estabilizar la red en general, permite que se almacene el exceso de energía solar y otras energías renovables, y reduce el uso de una energía más costosa y más sucia generada en las centrales eléctricas “de punta”.

Y en Nueva Orleans, Water Collaborative ha estado presionando por aplicar una tarifa de aguas pluviales, llamada Water Justice Fund, para pagar de manera más equitativa por su gran sistema de drenaje y servicio de agua antiguo y costoso.

Nueva Orleans debe su existencia moderna a 97 bombas de drenaje, dos docenas de las cuales operan todos los días, dice DandridgeSmith, convirtiendo lo que una vez fue una ciénaga y un pantano en tierra seca (que se hunde con lentitud). Las bombas son “una bendición y una maldición”, dice ella.

 

Un mapa parcial de las estaciones de bombeo de drenaje. La ciudad depende en el sistema de bombas para mitigar la lluvia de tormentas e inundaciones. Crédito: Sewerage and Water Board de Nueva Orleans.

 

Por un lado, son viejas, han estado en uso desde 1913 y su operación es costosa. Y, además, luchar contra la naturaleza es una tarea difícil. “Este lugar fue hecho para ser blando, húmedo y estar en constante contacto con el agua. Si se le quita el agua, se hunde”, dice. La mayor parte de la Nueva Orleans del siglo XIX estaba sobre el nivel del mar; hoy en día, algunas áreas se encuentran a un metro y medio por debajo del nivel del mar.

La empresa de servicios públicos de agua de Nueva Orleans no solo drena la ciudad, sino que también se encarga de la calidad del agua y las aguas residuales. “Es tan grande que tiene su propia compañía eléctrica”, dice DandridgeSmith, “por lo que su operación es costosa”. Con el tiempo, ese costo ha sido financiado a través de impuestos a la propiedad pagados por empresas y propietarios de viviendas, pero no por organizaciones sin fines de lucro y otros grandes propietarios de tierras. “Somos una economía basada en el turismo. No tenemos trabajos de alta tecnología para pagar esta costosa empresa que es Nueva Orleans”, agrega. “Así que necesitábamos encontrar una manera de financiarla y, a la vez, de financiar las bombas”. El Water Justice Fund, que los que están a favor esperan que llegue a la boleta electoral de la ciudad en 2025, cobraría a todas las propiedades de la ciudad una tarifa de aguas pluviales basada en el total de metros cuadrados de superficies impermeables.

La tarifa de aguas pluviales financiaría no solo la operación y el mantenimiento de la infraestructura de aguas grises de la ciudad, sino también los proyectos de infraestructura verde y gestión de aguas pluviales, la reforestación urbana, los programas de capacitación laboral azul y verde, las innovaciones en seguros y otras inversiones con visión de futuro en los vecindarios. Los propios residentes ayudaron a dar forma al plan, lo que aseguró una mayor participación de la comunidad.

“Las principales recomendaciones surgieron de una serie de talleres divididos en 10 partes en los que los residentes habituales, con edades comprendidas entre los 16 y los 82 años, aprendieron los conceptos más esenciales, aburridos y técnicos sobre la infraestructura y los sistemas, y ayudaron a construir lo que conocemos como Water Justice Fund”, dice DandridgeSmith. “Las personas pueden resolver los problemas de las personas, por lo que hacer cualquier tipo de trabajo de migración climática requiere interacción humana y autenticidad. La gente teme no poder opinar. Pero si le dices a la gente que puede hacerlo, que puede participar cuando desee, de repente la experiencia se transforma”.

En busca de la seguridad y la justicia 

Tanto en las comunidades de origen como en las receptoras, la migración climática está plagada de problemas de justicia. ¿Para empezar, por qué alguien estaba en peligro? ¿Cuánta ayuda se destina a los propietarios de viviendas en lugar de a los inquilinos? ¿Cómo pueden las comunidades reasentar a los recién llegados sin desplazar a los residentes existentes?

En cierta medida, siglos de injusticia moldearon la topografía moderna del riesgo climático y la movilidad. Los vecindarios que a lo largo de la historia han sido discriminados (aquellas áreas que las entidades crediticias alguna vez consideraron demasiado riesgosas como para otorgarles préstamos por la composición racial de los residentes) están más expuestos al calor extremo y las inundaciones en la actualidad. Las personas de color continúan experimentando una exposición desproporcionada a peligros medioambientales dañinos, como productos químicos tóxicos y contaminación del aire, debido al lugar donde viven.

 

 Un mapa de la ciudad de Nueva York fue tomado de la herramienta del índice de vulnerabilidad del calor de la ciudad de Nueva York. Texto a lado del mapa dice, en inglés, El índice de vulnerabilidad del calor, H V I por sus siglas en inglés, muestra vecindarios cuyos residentes están más en riesgo de morir durante e inmediatamente después de calor extremo. Usa un modelo estadístico para resumir los factores sociales y ambientales más importantes que contribuyen al riesgo de calor en los vecindarios. Los factores incluidos en el H V I son temperatura de la superficie, espacios verdes, acceso del hogar a aire acondicionado y el porcentaje de residentes que son de bajo ingreso o negros sin ascendencia latina. Las diferencias en estos factores de riesgo entre vecindarios tienen raíz en racismo en el pasado y el presente. Los vecindarios son calificados desde 1, menor riesgo, a 5, mayor riesgo. El vecindario que elige es marcado en azul. Pase el cursor sobre el mapa para ver el índice de vulnerabilidad del calor en cada vecindario. Recuerde, todos los vecindarios tienen residentes con riesgo de enfermedad por calor y muerte. Un vecindario con baja vulnerabilidad no significa que no tiene riesgo
Muchos de los vecindarios de la ciudad de Nueva York que se identificaron como los más vulnerables a calores intensos son los mismos vecindarios que se consideran no deseables o peligrosos por entidades crediticias. Esta categorización ha causado impactos económicos negativos que han afectado generaciones de residentes. Crédito: City of New York Heat Vulnerability Index.

 

Incluso después de que la Ley de Vivienda Justa hiciera que la discriminación en la vivienda fuera ilegal, muchos lugares emplearon reglas de zonificación exclusivas, grandes requisitos mínimos de lote y otras tácticas para mantener alejados de forma eficiente a los residentes en función de la raza y los ingresos. Aquellos que lograron construir riqueza generacional a través de la propiedad de la vivienda a pesar de estos obstáculos, ahora enfrentan la posibilidad de perder sus hogares por el cambio climático.

Por ejemplo, los padres de DandridgeSmith poseen propiedades que han sido heredadas de varios miembros de la familia a lo largo de los años. “En un escenario normal, algún día adquiriría esa riqueza y podría venderla, cuidarla o alquilarla”, dice. “Pero pienso en cómo, no solo yo, sino todos en Luisiana perderemos generaciones de creación de riqueza” si la región sucumbe a las inundaciones. “Conociendo la historia de este país y la forma en que se ha tratado a Luisiana en particular, nos echarán la culpa y no nos protegerán ni cuidarán de nosotros. Y me cuesta mucho lidiar con eso, porque sé que no está bien, pero es lo que sucederá”, dice.

En Nueva York, dice Mehta, los precios de las viviendas son tan altos que un propietario de bajos ingresos que acepta vender de manera voluntaria puede no obtener suficiente dinero como para comprar otra casa sin asumir una nueva hipoteca. “Si así es como construimos riqueza como sociedad, ¿ahora les estamos diciendo a las personas en áreas en riesgo que es posible que vivan allí debido a políticas históricas que las han empujado a estar en ese lugar, que este activo suyo ya no es viable? ¿Cómo es que un plan de venta no garantiza un intercambio uno a uno de la casa existente por una casa más segura?” Dice Mehta. “No estamos creando suficientes oportunidades para propietarios de hogares de bajos ingresos en general y si ahora estamos diciendo que incluso los activos que tienen deben venderse, ¿cuál es la estrategia? El alquiler puede funcionar para algunas personas, pero ¿qué pasaría si quisieran pasar estas viviendas a sus hijos?”.

Mehta dice que las comunidades y los planificadores necesitan un marco reflexivo para tomar el tipo de decisiones difíciles que les esperan. “Se volverá cada vez más difícil y si no somos proactivos al respecto ahora, ya hemos visto lo que sucede”, dice. “Esperamos el desastre, se produce el caos, las comunidades desaparecen o se desplazan, y repetimos ese ciclo una y otra vez, lo que deteriora a toda la región”. 

Herramientas de planificación y políticas 

Cuando finalizó el debate, los participantes hicieron sugerencias sobre qué tipos de herramientas políticas, enfoques de planificación e investigación podrían ayudar a garantizar que las comunidades estén mejor preparadas para un mundo acosado por el movimiento climático.

Cotter dice que la incertidumbre inherente en torno a la reubicación climática (si las personas se mudarán, cuántas serán, cuándo, a dónde, en qué circunstancias y cómo una afluencia o éxodo masivo podría desplazar o desestabilizar a las comunidades) se presta a la planificación exploratoria de escenarios (XSP, por su sigla en inglés). Esta técnica de planificación ayuda a las comunidades a considerar una variedad de posibles futuros y a prepararse para lo desconocido. La conferencia del Consorcio para la Planificación de Escenarios del Instituto Lincoln de enero incluyó talleres sobre recuperación y resiliencia ante desastres, entre otros temas.

Con una planificación más reflexiva, cooperativa e impulsada por la comunidad, Cotter espera que este desafío disruptivo también pueda presentar una oportunidad. “¿Cuáles son los enfoques de planificación que pueden ayudar a aprovechar este fenómeno para lograr un cambio positivo y transformador?”, se pregunta. “Tanto para facilitar que las personas se muden a lugares fuera de peligro, cuando toman esa decisión, como para que los lugares que las reciban lo hagan de manera equitativa sin causar una carga a los residentes existentes”.

Cotter dice que las herramientas de políticas de suelo, como la transferencia de los derechos de desarrollo (TDR, por su sigla en inglés), mediante la cual los propietarios de una propiedad en riesgo podrían vender su derecho legal a construir una estructura más grande a un propietario en un lugar más seguro que desee construir un desarrollo más alto de lo permitido, por ejemplo, también podrían ayudar a desempeñar un papel en la reorientación del desarrollo y la creación de más viviendas en áreas más seguras.

La ciudad de Nueva York ha permitido esta práctica durante décadas en ciertos casos. Por ejemplo, los propietarios de teatros históricos de Broadway que acordaron preservar sus propiedades como lugares de entretenimiento podrían vender sus “derechos de aire” a desarrollos cercanos. Arlington, Virginia, permitió a los propietarios de apartamentos con jardines históricos vender los derechos de desarrollo no utilizados a otros constructores, a cambio de preservar los apartamentos como viviendas asequibles durante al menos 30 años. Y el mercado de TDR en Seattle ha ayudado a preservar 59.500 hectáreas de una posible expansión urbana descontrolada en el condado de King, ya que se redirigió el desarrollo desde los bosques y las tierras agrícolas hacia el centro de la ciudad. Si bien la TDR siempre se ha utilizado para preservar espacios abiertos o monumentos históricos, no hay razón para no emplearla para crear viviendas más asequibles y resilientes ante el cambio climático.

“A decir verdad, una de las mejores estrategias que se puede aplicar para prepararse para una afluencia de población es asegurarse de estar construyendo viviendas e infraestructura que no corran peligro, de hacer que el entorno y la infraestructura existentes sean más resistentes, porque eso será mejor tanto para la población existente como para cualquier recién llegado”, dice Cotter.

Y agrega que, ya sea que el cambio climático genere o no una afluencia de nuevos residentes a una comunidad, hacer inversiones para prepararse nunca es un desperdicio.

“Viviendas fuera de peligro, infraestructuras sólidas y adecuadas y un sistema de respuesta ante los desastres, todo servirá para el bien de la población existente”, dice Cotter. “Y si se recibe una afluencia de población, estarán preparados para hacer lo que los gobiernos deberían hacer: asegurar que los residentes y propietarios de negocios tengan lo que necesitan para prosperar. Eso incluye estar a salvo frente a un clima cambiante”.  

 


Jon Gorey es redactor de planta del Instituto Lincoln de Políticas de Suelo. 

Imagen principal: Se evacúan autos antes de un huracán. Crédito: Darwin Brandis vía iStock/Getty Images Plus.  

Mayor Brett Smiley leans on a metal railing. Part of the Providence skyline is visible in the background.
Mayor’s Desk

Ciudad pequeña, cambios grandes 

Por Anthony Flint, April 16, 2025

Como 39.º alcalde de Providence, Rhode Island, Brett Smiley aborda la seguridad pública, la vivienda asequible, la educación y la resiliencia ante el cambio climático. Antes de ser elegido en 2022, Smiley, quien nació y creció en el área de Chicago y se mudó a Rhode Island para trabajar en política en 2006, fue jefe del Departamento de Administración del estado, director ejecutivo de operaciones de Providence y jefe de personal de la exgobernadora de Rhode Island, Gina Raimondo.

Con una población de alrededor de 191.000 habitantes, Providence es la tercera ciudad más grande en Nueva Inglaterra después de Boston y Worcester, Massachusetts. Esta ciudad, que alguna vez albergó una gran cantidad de fábricas y molinos, en los últimos años se hizo conocida por adoptar el nuevo urbanismo, la preservación histórica y la reutilización adaptativa, así como por sus innovaciones culinarias, culturales y artísticas.

Anthony Flint entrevistó al alcalde Smiley esta primavera en el ayuntamiento. Escuche la conversación completa, que aquí se editó por motivos de longitud y claridad, en el pódcast Land Matters.

 

El horizonte de la ciudad de Providence. Al fondo se ven edificios altos, con la Casa del Estado de Rhode Island a la derecha. Al frente hay casas multifamiliares cerca de una carretera por la que transitan algunos automóviles. Árboles se encuentran dispersos por toda la ciudad, particularmente en el área entre los edificios más altos del fondo y las casas multifamiliares.
La ciudad postindustrial de Providence ha visto crecimiento en población y en ingreso familiar en los últimos años, gracias en parte a una afluencia de residentes con trabajos híbridos o remotos en otras partes. Crédito: Alex Potemkin vía iStock/Getty Images Plus.

 

Anthony Flint: El arco narrativo de Providence en los últimos 30 años ha sido notable: una ciudad secundaria recuperada del estancamiento económico mediante el desmantelamiento de carreteras, la iluminación de los ríos y el foco en el diseño urbano. Ahora hay preocupaciones sobre la capacidad de pago, comenzando por la vivienda. ¿Hacia dónde se dirige la ciudad ahora?

Brett Smiley: Le agradezco que haya mencionado el notable progreso que ha tenido la ciudad. Hemos recorrido un largo camino, y mientras muchas ciudades postindustriales continúan luchando, Providence está en una trayectoria muy diferente. Gracias a la pandemia, tuvimos una afluencia de personas que comenzaron a reclamar servicios urbanos, arte, cultura, diversidad y transitabilidad a pie, sin que eso conlleve la cantidad de esfuerzo y dinero que implica vivir en Manhattan o Brooklyn, o incluso en Boston.

Uno de los puntos competitivos de la ciudad es que era menos costosa. Pero no pudimos seguir el ritmo desde la construcción y, como resultado, los precios de la vivienda se están disparando. Estamos entre las cinco primeras ciudades en cuanto a afluencia migratoria neta, pero estamos en el puesto 50 de 50 en cuanto a nuevas construcciones de viviendas. Nuestra tarea es facilitar una construcción más densa en el contexto mundial en el que nos encontramos, lo que significa incorporar infraestructura verde para prepararse para el cambio climático y, al mismo tiempo, permitir un mayor crecimiento.

Creemos que podemos liderar el camino para lograr ambos objetivos. Es un momento emocionante para la ciudad. No nos cuesta promocionar Providence. Lo que nos cuesta es asegurarnos de que haya una vivienda disponible para todos los que quieran una.

AF: Hay muchos terrenos vacíos en los que se puede construir, incluidos algunos estacionamientos. Hay lugares que no requieren derribar nada.

BS: Tenemos muchos lugares en donde construir. Uno de nuestros desafíos económicos siempre ha sido que, desde una perspectiva de costos, estamos en el mismo mercado económico que Boston; sin embargo, nuestros alquileres o precios de venta son mucho menores que los de Boston. Tenemos un vacío que llenar en términos del precio que la unidad de vivienda puede exigir y el costo que se necesita para construirla . . . es por eso que estamos trabajando mucho en medidas como incentivos por aumentar la densidad y la flexibilización de los requisitos mínimos de estacionamiento. De esta forma permitimos que los emprendedores inmobiliarios ayuden a que los proyectos sean más viables en cuanto al financiamiento. Además, analizamos algunas soluciones innovadoras que las ciudades de todo el país están probando, como cambios en el código de incendios y otras cuestiones que reducirán el costo de construcción mediante la flexibilización de algunos de los requisitos reglamentarios.

AF: A diferencia de los alcaldes de Boston o París, no ha estado tan entusiasmado con el concepto de calles completas con carriles para peatones, bicicletas y autobuses. ¿Cómo ha evolucionado su forma de pensar?

BS: Sabemos que solo entre el 2 y el 4 por ciento de la población va al trabajo en bicicleta. Aspiramos a duplicar o cuadruplicar ese número. Y, aun así, menos del 10 por ciento de las personas viajarían al trabajo en bicicleta. Queremos que más personas elijan la bicicleta como un medio de transporte alternativo, pero estamos hablando del 5 por ciento de las personas que viajan al trabajo, no del 75 por ciento, aunque a veces se sienta así. Trato de dedicar tiempo y recursos a los medios y métodos de transporte que la mayoría de la gente usa de verdad.

AF: ¿Puede hablar sobre el desafío de retener a los principales empleadores, como el fabricante de juguetes Hasbro, y la práctica de ofrecer beneficios como exenciones fiscales para el desarrollo económico?

BS: Las tácticas para el desarrollo económico han cambiado. El crecimiento significativo que hemos visto en la última década, y en particular desde la pandemia, es que las personas se mudan aquí con buenos trabajos que se encuentran en otro lugar, o directamente en ningún lugar. La forma de pensar en el desarrollo económico ha cambiado, por eso es que la vivienda es una de mis prioridades, porque la vivienda es, de hecho, una estrategia de desarrollo económico.

Sin embargo, los principales empleadores con sede en la ciudad siguen siendo importantes. Las empresas que la gente conoce pueden ser muy relevantes para las perspectivas económicas de la ciudad y su marca, si se quiere. También es valioso asegurarse de que haya una comunidad corporativa central que ayude a apoyar y sostener a las instituciones cívicas, las organizaciones artísticas y otros grupos que dependen del apoyo filantrópico corporativo.

AF: En un estudio reciente, se observó que la vida nocturna de Providence genera casi 1.000 millones de dólares al año en actividad económica, pero se señaló que muchos trabajadores no pueden tomar un autobús para ir a su casa después de que cierran los bares y restaurantes. Ya que carece de un tren o metro ligero, ¿qué puede hacer Providence para mejorar el transporte público?

BS: Es importante que hablemos de la vida durante la noche en general, no solo de la vida nocturna como un entretenimiento. Hay miles de empleados que trabajan durante lo que denominamos “el otro turno de nueve a cinco”: 21:00 a 5:00. Es decir que no solo hablamos de restaurantes, hospitalidad y clubes nocturnos, sino también de las personas que trabajan en el turno noche en un hospital y otros trabajos similares.

No tenemos un sistema de tren o metro ligero aquí en Providence, ni en ningún otro lugar de Rhode Island. Tenemos un sistema de autobuses que funciona bastante bien durante el día, pero es menos frecuente o, en el caso de algunas líneas, deja de funcionar tarde por la noche. Las soluciones son buscar otros medios de transporte, como viajes compartidos y micromovilidad, y que nuestro sistema de autobuses, RIPTA, brinde un mejor servicio a estos grandes centros de empleo. No necesitamos innovaciones de vanguardia. Solo tenemos que pensar en la prestación de servicios para este período que, a menudo, se pasa por alto y se olvida.

 

Una parada de autobús de la Autoridad del Transporte Público de Rhode Island (RIPTA, por su sigla en inglés) en la Casa del Estado en Providence. Crédito: Christopher Shea/Rhode Island Current.

 

AF: Dada la experiencia de tener que cerrar un puente importante debido a problemas de integridad estructural, ¿qué piensa sobre la inversión en infraestructura, en particular ahora que las ciudades se podrían enfrentar a un marco diferente del gobierno federal?

BS: Parte de la historia del Puente de Washington en la I-95, que es una arteria importante aquí en la ciudad, es que es un puente de propiedad estatal y un proyecto financiado por el Departamento de Transporte de Rhode Island, que no tuvo el mantenimiento adecuado. La lección que saco de eso es la importancia del mantenimiento continuo para evitar un precio mucho más alto por tener que reemplazarlo. Necesitamos asegurarnos de que todos nos ocupamos de esta infraestructura, en especial después de cuatro años de inversión importante en algunos grandes proyectos de infraestructura aquí en la ciudad y en todo el país. En segundo lugar, necesitamos ingresos predecibles [como las tarifas de los peajes para camiones pesados] para poder pagar estos proyectos. Puedes reparar algo hoy o reemplazarlo mañana, pero el reemplazo siempre es la peor inversión.

AF: Del mismo modo, ¿le preocupa la situación de las instituciones ancla de educación y salud, que siguen siendo un componente clave del renacimiento de Providence, ante las interrupciones en el financiamiento federal?

BS: Estoy muy preocupado por la estabilidad financiera de la educación y la salud. El cambio de la recuperación de costos indirectos para las subvenciones de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por su sigla en inglés) ya está afectando a Providence. Tanto nuestros hospitales como nuestra principal institución de investigación, que es la Universidad de Brown, dependen de esos fondos. Cambiar las reglas a mitad de camino es muy perjudicial.

Los mayores empleadores de la ciudad son el hospital y las facultades. Estos recortes afectarán a nuestra comunidad de una manera u otra, ya sea por la pérdida de empleos, la disminución de los valores inmobiliarios o la menor inversión. Además de todas las oportunidades que podrían no darse como resultado de esto: curas para enfermedades que pueden no descubrirse y soluciones a problemas reales de las que ninguno de nosotros se beneficiaría, si la investigación nunca sucede. Es un problema serio y una verdadera vergüenza. No es forma de tratar a socios importantes.

AF: Usted es un tipo de político diferente en comparación con algunos dirigentes anteriores de Rhode Island que podrían describirse como más de la vieja escuela. ¿Cómo se calificaría en términos de participación con los constituyentes? En una entrevista reciente, dijo: “Hay momentos en que los dirigentes públicos necesitan decir ‘basta, ya hemos escuchado suficiente. Esto es lo que haremos’”.

BS: Suelo abordar los problemas desde dos enfoques: uno relacionado con las prioridades y otro con el estilo. Con respecto a las prioridades, el difunto alcalde de Boston, Tom Menino, a quien no conocí, hablaba de ser un mecánico urbano, [y esa] siempre ha sido una frase con la que me identifico. He tratado de establecer mis prioridades en temas centrales de calidad de vida, cuestiones que afectan la vida cotidiana de las personas, para tratar de mejorarla. Intento solucionar los problemas que en verdad les importan a las personas.

Creo que habrá una gran erosión en la confianza en el gobierno en general. El antídoto para eso es mostrar competencia, eficiencia y eficacia, en particular a nivel local, porque nuestros residentes nos conocen por nuestros nombres. No les avergüenza decirnos lo que creen que no está funcionando. Trato de mantenerme enfocado en esas cuestiones y no en resolver todos los problemas del mundo, sino en resolver los problemas de un vecindario.

En términos de estilo, soy una persona bastante discreta y no tengo altas expectativas, no soy grandilocuente, trato de escuchar a la gente. Estamos muy comprometidos con la comunidad. Tratamos de involucrar a la comunidad de nuevas maneras [como usar Zoom y encuestas en línea]. Pero llega un momento en que el líder debe tomar una decisión y seguir adelante. Para eso me eligieron. Volveré a estar en la boleta el próximo año. Si a los votantes de Providence no les gusta, pueden elegir a otra persona.

Siento que es mi trabajo decir: “De acuerdo, hemos escuchado los comentarios de todos. Hicimos modificaciones donde fue necesario. Podemos estar de acuerdo en no estar de acuerdo en otras cuestiones. Esto es lo que haremos en el futuro y el día de la rendición de cuentas será el día de las elecciones”. Me siento muy cómodo con eso. Creo que eso es lo que se necesita para pasar a la acción.

Eso es lo que creo que nuestros residentes quieren que hagamos: pasar a la acción. La inacción es el enemigo del progreso. Es algo de lo que no quiero ser víctima.


 

Anthony Flint es miembro sénior del Instituto Lincoln de Políticas de Suelo, conduce el ciclo de pódcast Land Matters y es editor colaborador de Land Lines.

Imagen principal: Alcalde Brett Smiley. Crédito: Ciudad de Providence.

 

Events

2025 National Conference of State Tax Judges

October 23, 2025 - October 25, 2025

Little Rock, AR United States

Offered in English

The National Conference of State Tax Judges meets annually to review recent state tax decisions, consider methods of dealing with complex tax and valuation disputes, and share experiences in case management. This meeting provides an opportunity for judges to hear and question academic experts in law, valuation, finance, and economics, and to exchange views on current legal issues facing tax courts in different states. This year’s program includes sessions on state administrative law, explaining valuation to self-represented parties, constitutional issues in property taxation, and office and commercial property valuation.

This event is by invitation only.


Details

Date
October 23, 2025 - October 25, 2025
Location
Little Rock, AR United States
Language
English

Keywords

Dispute Resolution, Land Law, Legal Issues, Local Government, Public Finance, Taxation, Valuation, Value Capture

Sete tendências que urbanistas precisam saber em 2025

Por Jon DePaolis, January 16, 2025

Este conteúdo foi desenvolvido em uma parceria entre o Lincoln Institute e a American Planning Association (APA), como parte da iniciativa APA Foresight. Ele foi originalmente publicado pela APA na Planning.

Nas palavras imortais de Ferris Bueller, “A vida passa muito depressa. Se você não curtir de vez em quando, a vida passa e você nem vê”.

Tenha isso em mente quando descobrir que sua próxima viagem em um fim de semana prolongado (o que pode acontecer todo fim de semana, já que mais e mais empresas estão adotando semanas de trabalho de quatro dias) será em um avião movido a energia solar. Ou quando você adquirir sua próxima ferramenta multifuncional, feita de um plástico capaz de alterar a forma e as características ao ser aquecido ou resfriado.

Com um mundo mudando mais rápido do que um ciclo de notícias de 24 horas pode acompanhar, é mais importante do que nunca que os urbanistas fiquem um passo à frente dos problemas e preparem as comunidades à medida que as mudanças ocorrem.

Relatório de Tendências para Urbanistas 2025

Em janeiro, a American Planning Association (APA) publicou o Relatório de Tendências para Urbanistas 2025 em parceria com o Lincoln Institute of Land Policy. A equipe de prospecção da APA e a Comunidade de Prospecção de Tendências da APA identificaram tendências existentes, emergentes e potenciais que os urbanistas devem conhecer e entender para que possam agir, se preparar e aprender.

O relatório inclui cerca de cem tendências e sinais, explorando-os em cenários futuros, aprofundamentos, podcasts e muito mais. Aqui estão algumas das tendências que você precisa conhecer.

1. Mais Obstáculos Habitacionais: Custos de Seguros, Impactos Climáticos e Mudanças Populacionais

A população está crescendo  muito mais lentamente nos EUA do que nas décadas anteriores, e o Census Bureau projeta um crescimento populacional de apenas 9,7% nos próximos 75 anos. O conceito de família também está mudando. Lares com pessoas que moram sozinhas e casais sem filhos (incluindo casais do mesmo gênero) agora representam  mais da metade de todos os domicílios dos EUA. O número de famílias com um único pai ou mãe e de famílias multigeracionais também está crescendo, assim como a prática de morar com colegas de quarto.

Menos de um quinto das famílias dos EUA agora se encaixam no modelo tradicional de “família nuclear”, e os conceitos convencionais sobre os domicílios continuam a evoluir. Mas uma coisa não mudou nos últimos anos: encontrar moradia acessível está ficando mais difícil. De acordo com a pesquisa da  Zillow, as famílias precisam ter uma renda US$ 47 mil superior à de quatro anos atrás para pagar uma moradia unifamiliar. A inflação, as altas taxas de juros e a escassez de moradias acessíveis colocaram o Sonho Americano fora do alcance de muitas pessoas, com a casa própria agora quase 50% mais cara  do que o aluguel.

Enquanto isso, as cidades do Nordeste e do Centro-Oeste dos EUA registram perdas populacionais, enquanto os estados do Sul e do Oeste continuam a ganhar moradores,  mesmo que os impactos das mudanças climáticas estejam atingindo essas áreas com mais força. A carga tributária relativa e o menor custo de vida são provavelmente fatores essenciais. Na verdade, os impactos drásticos das mudanças climáticas estão ameaçando a saúde, a segurança e a vida de milhões de pessoas, com 34%  das pessoas nos EUA vivendo em áreas em risco de desastres naturais e inundações e 41%  das unidades de aluguel vulneráveis às mudanças climáticas.

As perdas relacionadas às mudanças climáticas também estão gerando caos no mercado de seguros. As seguradoras estão aumentando substancialmente as taxas em muitas áreas e têm demonstrado relutância ou se recusado a fazer seguros de imóveis em áreas de risco. As grandes seguradoras se retiraram da Flórida, da Louisiana e da Califórnia, um estado em que a gigante dos seguros State Farm parou de aceitar novas apólices devido à “exposição a catástrofes que cresce rapidamente”. (Cenários futuros no Relatório de Tendências podem ajudar os urbanistas a explorarem como essa situação pode evoluir nos próximos dez anos.)

Para reduzir os impactos do mercado de seguros para os proprietários de imóveis, os reguladores podem adotar estratégias  como exigir transparência do setor de seguros e proibir o “bluelining”, o aumento dos prêmios ou a retirada de serviços em áreas de alto risco pelas seguradoras. A Associação Nacional de Comissários de Seguros adotou recentemente uma  Estratégia Nacional de Resiliência Climática para Seguros para orientar tanto reguladores quanto seguradoras, e a Flórida aprovou várias leis com o objetivo de reduzir os prêmios de seguro e fornecer subsídios de mitigação para proprietários de imóveis e de propriedades multifamiliares.

2. Espaços Públicos para o Salsicha e Também Para o Scooby

À medida que cresce a necessidade de espaços públicos, os chamados “terceiros lugares”, algumas cidades estão revendo como eles podem se adaptar ou onde novos espaços  podem ser criados. Isso inclui levar em conta espaços para pets, especialmente considerando que mais lares nos EUA têm animais de estimação do que crianças. A previsão é de que a indústria global de animais de estimação atinja quase US$ 500 bilhões até 2030. As cidades podem obter uma certificação  “pet-friendly” (“acolhedora de animais de estimação”) para atrair mais turistas, e o número de parques para cães nos EUA está em franca expansão, com um aumento de 40% no desenvolvimento de parques públicos para cães entre 2009 e 2020. Em São Francisco, as construtoras estão incluindo  áreas específicas para cães perto de complexos habitacionais para atrair compradores.

3. A Água é Preciosa e Está Ameaçada

O Golfo do México está com a temperatura mais alta da era moderna, causando tempestades de rápida formação, como os furacões Helene e Milton no ano passado, que devastaram a Costa Leste dos Estados Unidos. Enquanto isso, as temperaturas na Grande Barreira de Corais  atingiram os níveis mais altos em quatro séculos, enquanto a expansão oceânica  causada pelo calor foi responsável por um terço da elevação do nível do mar em todo o mundo. No Golfo Pérsico, a água é escassa e valiosa , à medida que o crescimento populacional e o desenvolvimento atingem níveis recordes. Globalmente, um quarto de todas as plantações de alimentos  está ameaçado por fornecimentos de água não confiáveis ou altamente precários. Ao mesmo tempo, as correntes de água no Ártico e no Atlântico parecem estar diminuindo, com o potencial de mudar os padrões climáticos e colocar em risco regiões produtoras de alimentos.

Enquanto isso, as operações comerciais em larga escala de engarrafamento de água, impulsionadas por investimentos privados, estão representando um risco crescente para a estabilidade das fontes locais de água nos EUA, assim como o crescimento de data centers  de inteligência artificial (IA), que necessitam de grandes quantidades de água para resfriamento. Isso está ameaçando reservatórios locais e regionais, aquíferos e fontes de água doce, e alguns lugares estão implementando regulamentos de uso da água  como resposta.

4. Poderíamos Evoluir Para Um Mundo Pós-trabalho?

A pandemia de COVID-19 e o aumento do trabalho remoto fizeram com que os padrões tradicionais de trabalho ficassem mais flexíveis e menos definidos. Considere a crescente popularidade das “workcations” (férias com trabalho) e “bleisure” (negócios com lazer), que sugerem que o trabalho e a vida pessoal podem se sobrepor cada vez mais. Nem todos gostam disso; a Austrália promulgou uma lei de “direito de desconexão” para os trabalhadores em agosto de 2024.

Experimentos de semana de trabalho de quatro dias,  implementados globalmente e nos EUA, mostram que a redução de horas pode levar a maior produtividade e maior satisfação com a vida. Os trabalhadores também pensam assim. Cerca de 80% disseram que seriam mais felizes e igualmente produtivos se abandonassem o horário tradicional, de acordo com o estudo Work in America de 2024.

Ao mesmo tempo, nossa relação com o trabalho está mudando. Um estudo do Pew Research Center de 2023 revelou uma nova tendência: apenas quatro em cada dez trabalhadores nos EUA enxergam o trabalho que realizam como central para sua identidade geral. Essa mudança é reforçada pela ideia de ver o trabalho como um verbo (algo que você faz) em vez de um substantivo (algo que você é, como um contador ou técnico).

As atitudes em relação ao lazer também estão mudando. Se as pessoas usarem o tempo livre para buscar projetos pessoais ou paixões, o lazer poderá substituir o trabalho como foco principal na vida. Com a porcentagem de americanos com mais de 65 anos prevista para atingir 23% até 2025, esses aposentados atuais e futuros também estão buscando aproveitar ao máximo a próxima etapa de suas vidas.

5. A Fadiga Digital (E a Reação Contrária) Começa a se Instalar

A fadiga digital é real. Ela está se manifestando de várias maneiras, desde uma crescente desconfiança em relação às notícias online e preocupações crescentes com o conteúdo gerado por IA até o desencanto com os aplicativos de namoro online. As escolas estão proibindo telefones celulares nas salas de aula e os estados estão restringindo o acesso das crianças a aplicativos sociais. O cirurgião-geral dos EUA chegou a sugerir que as plataformas de mídia social deveriam exibir rótulos de advertência semelhantes aos encontrados nos maços de cigarro. Em julho, o Senado aprovou o primeiro grande  projeto de lei de segurança na Internet para crianças  em duas décadas.

Essas medidas refletem um esforço mais amplo para equilibrar os benefícios da tecnologia com a necessidade de estar mais consciente do bem-estar da geração mais jovem. Para os urbanistas, essa tendência sugere uma necessidade maior de equilibrar o engajamento público digital com interações presenciais, promovendo uma comunicação significativa e empatia dentro das comunidades. Isso inclui criar oportunidades presenciais para envolver os jovens nos processos de planejamento, o que pode ajudar a conectar essas gerações com as comunidades e entre si.

6. Fungo é o Futuro

A cultura pop pode levar você a pensar que uma era dos fungos marca o nosso fim, mas os benefícios ecológicos e de saúde dos fungos devem fazer mais do que apenas “empreendedores de cogumelos” pularem de alegria. Os fungos podem nos ajudar a reduzir a dependência de combustíveis fósseis,  diminuir o colesterol, auxiliar em transplantes de órgãos bem-sucedidos, combater a poluição por plásticos, eliminar micropoluentes da água contaminada e promover a transição para sistemas alimentares mais sustentáveis. Em 2023, as vendas de cogumelos nos EUA atingiram US$ 1,04 bilhão, e o mercado  deve triplicar  nos próximos dez anos. À medida que os urbanistas buscam soluções baseadas na natureza para ambientes urbanos, os fungos podem se tornar um parceiro crucial na criação de espaços de vida melhores para todos.

7. Equilibrar a Demanda de Energia Verde com os Direitos Indígenas

Com o aumento do interesse em energia renovável, também cresceu a necessidade de minerar os minerais e metais brutos exigidos por essas tecnologias, e algumas estimativas apontam que a demanda quadruplicará  até 2040. Esses minerais incluem lítio, cobalto e silício, além de mais de uma dúzia de elementos terras-raras. No entanto, a mineração vem com inúmeros  custos humanos e ambientais, muitas vezes ocorrendo em áreas desfavorecidas e às custas delas. Isso pode colocar os interesses do governo e do setor privado contra os povos indígenas, principalmente por meio da extração e  exploração de recursos  em terras tribais.

Mais da metade dos projetos de extração de materiais para a transição energética estão em terras indígenas ou próximas a elas, e os povos indígenas são  diretamente impactados  por mais de um terço dos conflitos ambientais globais, seja por perda de paisagem, território ou meios de subsistência. Alguns esforços estão em andamento para fortalecer a soberania indígena.

Central para a questão (e para as potenciais soluções) estão o uso e a posse da terra, assim como a capacidade de aplicar diferentes perspectivas para entender os pontos de vista e as necessidades das pessoas que serão mais afetadas por essas decisões. Proteger os direitos soberanos dos povos indígenas poderia reduzir o impacto negativo dos conflitos ambientais relacionados à transição para a energia verde e oferecer soluções. Uma dessas maneiras é através da adoção do  conhecimento indígena  nas abordagens existentes para mitigação e adaptação às mudanças climáticas, a exemplo de como várias nações nativas americanas estão reintroduzindo o bisão  nas planícies dos EUA para melhorar os resultados ambientais e socioeconômicos.

 


O Relatório de Tendências 2025 para Urbanistas foi escrito por Petra Hurtado, PhD; Ievgeniia Dulko; Senna Catenacci; Joseph DeAngelis, AICP; Sagar Shah, PhD, AICP; e Jason Jordan. Ele foi editado por Ann Dillemuth, AICP. 

Jon DePaolis é editor sênior da APA.

Imagem principal: Vapor sobe das torres de resfriamento do data center do Google em The Dalles, Oregon. Foto cedida pelo Google.

Siete tendencias que los planificadores deben conocer en 2025

Por Jon DePaolis, January 16, 2025

Este contenido se desarrolló mediante una asociación entre el Instituto Lincoln y la American Planning Association como parte de la práctica APA Foresight. Originalmente, APA lo publicó en Planning.

Como dijo Ferris Bueller, “la vida pasa bastante rápido. Si no te detienes y miras a tu alrededor de vez en cuando, podrías perdértela”.

Téngalo en cuenta cuando descubra que el próximo viaje que haga durante un fin de semana largo (que podría ser todos los fines de semana, ya que más y más empresas están adoptando la semana laboral de cuatro días) será en un avión impulsado a energía solar. O cuando compre la próxima multiherramienta, que estará hecha de un plástico que cambia su forma y propiedades si se calienta o enfría.

En un mundo que avanza más rápido de lo que puede cubrir incluso un ciclo de noticias de 24 horas, es más importante que nunca que los planificadores se adelanten a los problemas y preparen a las comunidades a medida que se produce el cambio.

Informe de tendencias de 2025 para planificadores

En enero, la Asociación Americana de Planificación (APA, por su sigla en inglés) publicó el  2025 Trend Report for Planners  (Informe de tendencias de 2025 para planificadores) en asociación con el  Instituto Lincoln de Políticas de Suelo. El equipo de Previsión y la comunidad encargada de la exploración de tendencias de la APA identificaron fenómenos actuales, emergentes y potenciales que los planificadores deben conocer y comprender para poder actuar, prepararse y aprender.

El informe incluye alrededor de 100 tendencias y señales, y ofrece una exploración de estas tendencias y señales en escenarios futuros, análisis profundos, pódcast y más. Estas son solo algunas de las tendencias que debe conocer.

1. Más obstáculos para la vivienda: costos de seguros, impactos climáticos y cambios poblacionales

En Estados Unidos, la población está creciendo con mucha más lentitud  que en décadas anteriores, y la Oficina del Censo proyecta un crecimiento de la población de solo un 9,7 % en los próximos 75 años. El concepto de familia también está cambiando. Los hogares unipersonales y las parejas casadas (incluidas las parejas del mismo sexo) sin hijos ahora representan más de la mitad de todos los hogares de Estados Unidos. Los hogares monoparentales y multigeneracionales también están en aumento, al igual que los hogares compartidos.

En la actualidad, menos de una quinta parte de las familias estadounidenses se ajustan al modelo tradicional de “familia nuclear”, y los conceptos típicos de hogar continúan evolucionando. Pero hay un aspecto que no ha cambiado en los últimos años: encontrar una vivienda asequible es cada vez más difícil. Según una investigación realizada por Zillow, los hogares necesitan ganar USD 47.000 más de lo que ganaban hace solo cuatro años para poder costear una vivienda unifamiliar. La inflación, las altas tasas de interés y la escasez de viviendas asequibles han hecho que el sueño americano quede fuera del alcance  de muchas personas, ya que la propiedad de la vivienda ahora es casi un 50 % más cara que el alquiler.

Mientras tanto, las ciudades del noreste y el medio oeste están experimentando pérdidas de población, y los estados del sur y el oeste continúan ganando residentes  aunque sean las áreas más afectadas por los impactos del cambio climático. Es probable que los factores clave sean las cargas fiscales relativas y los costos de vida más bajos. De hecho, los drásticos impactos del cambio climático amenazan la salud, la seguridad y la vida de millones de personas, ya que el 34 % de los estadounidenses viven en áreas que se encuentran en riesgo de desastres naturales e inundaciones y el 41 % de las unidades de alquiler son vulnerables al cambio climático.

Las pérdidas relacionadas con el cambio climático también están generando caos en el mercado de seguros. Los proveedores de seguros están aumentando las tarifas en gran medida en muchas áreas y se han vuelto reacios a asegurar viviendas en áreas peligrosas, o simplemente se han negado a hacerlo. Las grandes aseguradoras se han ido de  Florida, Luisiana y California, un estado donde el gigante de los seguros State Farm dejó de aceptar solicitudes debido a que la “exposición a las catástrofes está creciendo con rapidez”. (Los escenarios futuros que se presentan en el Informe de tendencias pueden ayudar a los planificadores a explorar cómo podría desarrollarse esta situación en los próximos 10 años).

Para mitigar las consecuencias del mercado de seguros para los propietarios de viviendas, los reguladores pueden emplear  estrategias,  como exigir transparencia en la industria de seguros y prohibir la discriminación por riesgo climático, el aumento de las primas o la retirada de servicios en áreas de alto riesgo. La Asociación Nacional de Comisionados de Seguros adoptó recientemente una  estrategia nacional de resiliencia climática para seguros  a fin de guiar a los reguladores y proveedores por igual, y Florida ha aprobado varias leyes con el objetivo de reducir las primas de seguros y proporcionar subvenciones de mitigación a los propietarios de viviendas y propietarios de propiedades multifamiliares.

2. Espacios publicos para Shaggy y Scooby

A medida que crece la necesidad por los espacios públicos, o “terceros lugares”, algunas ciudades están analizando cómo se pueden adaptar los espacios existentes o dónde se pueden crear  espacios nuevos. Esto incluye tener en cuenta los lugares para mascotas, en especial porque en Estados Unidos hay más hogares con  mascotas que con niños. Se espera que la industria mundial de mascotas alcance casi los USD 500.000 millones para 2030. Las ciudades pueden obtener una certificación  de “apta para mascotas” para atraer a más turistas. Además, la cantidad de parques para perros en EUA está aumentando; de hecho, el desarrollo de parques públicos para perros aumentó un 40 % de 2009 a 2020. En San Francisco, los desarrolladores están agregando  áreas específicas para perros cerca de los complejos de viviendas para atraer compradores.

3. El agua es muy valiosa y está bajo amenaza

El Golfo de México nunca ha tenido temperaturas tan elevadas en la era moderna, lo que ha causado tormentas de rápida formación, como los huracanes Helene y Milton del año pasado, que devastaron la costa este de Estados Unidos. En los últimos cuatro siglos, las temperaturas en la  Gran Barrera de Coral  nunca han sido tan elevadas, y la expansión del agua oceánica  impulsada por el calor ha causado un tercio del aumento del nivel del mar a nivel mundial. En el Golfo Pérsico, el agua es escasa y valiosa, ya que el crecimiento de la población y el desarrollo alcanzaron un máximo histórico. A nivel mundial, una cuarta parte de todos los cultivos alimenticios están amenazados por el estrés hídrico y los suministros de agua poco confiables. Al mismo tiempo, las corrientes de agua en el Ártico y el Atlántico parecen estar disminuyendo, lo que podría modificar los patrones climáticos y poner en riesgo las regiones productoras de alimentos.

Mientras tanto, las operaciones comerciales de embotellado de agua a gran escala impulsadas por el capital privado representan un riesgo creciente para la estabilidad de las fuentes de agua locales en Estados Unidos, al igual que el crecimiento de los centros de datos  de inteligencia artificial (IA) que necesitan grandes cantidades de agua para enfriarse. Esto representa una amenaza para los embalses, los acuíferos y las fuentes de agua dulce locales y regionales, y algunos lugares están implementando reglamentaciones sobre el uso del agua como respuesta.

4. ¿Podríamos evolucionar a un mundo poslaboral?

La pandemia por COVID19 y el aumento del trabajo remoto han desdibujado las líneas de los patrones de trabajo tradicionales. Tomemos como ejemplo la creciente popularidad de las vacaciones laborables y el turismo de negocios, conocidos en inglés como workations y bleisure respectivamente, que sugiere que el trabajo y la vida personal se pueden combinar cada vez más. Pero no a todos les gusta esto. En agosto de 2024, Australia promulgó una ley de “derecho a desconectarse” para los trabajadores.

Las pruebas piloto de una semana laboral de cuatro días realizadas a nivel mundial y en Estados Unidos muestran que la reducción de horas puede conducir a una mayor productividad y satisfacción con la vida. Los trabajadores coinciden. Alrededor del 80 % dijo que serían más felices e igual de productivos si trabajaran un día menos, según el estudio  2024 Work in America (Trabajo en Estados Unidos en 2024).

Además, nuestra relación con el trabajo está cambiando. En un  estudio del Centro de Investigaciones Pew  de 2023, se descubrió una nueva tendencia: solo cuatro de cada diez trabajadores estadounidenses consideran que el trabajo forma parte de su identidad general. Este cambio se ve reforzado por la idea de considerar al trabajo como un verbo (algo que hacemos) en lugar de un sustantivo (algo que somos, como contadores o técnicos).

La actitud en cuanto al ocio también está cambiando. Si las personas usan su tiempo libre para llevar adelante proyectos personales o perseguir pasiones, el enfoque principal en la vida podría pasar a ser el ocio en lugar del trabajo. Dado que se espera que el porcentaje de estadounidenses mayores de 65 años aumente al 23 % para 2025, los jubilados actuales y futuros también buscan aprovechar al máximo el próximo capítulo de su vida.

5. La fatiga (y el rechazo digital) es una realidad

La fatiga digital existe. Se presenta de varias maneras, desde la  creciente desconfianza de las noticias en línea  y una mayor preocupación por el contenido generado por IA, hasta la desilusión con las citas en línea. Las escuelas están prohibiendo los teléfonos móviles en las aulas, y  los estados están restringiendo el acceso de los niños  a las redes sociales. El Cirujano General de Estados Unidos incluso ha sugerido que las plataformas de redes sociales deberían llevar etiquetas de advertencia como las de los cigarrillos. En julio, el Senado aprobó el primer gran  proyecto de ley de seguridad en Internet para niños  de las últimas dos décadas.

Estas medidas reflejan las acciones llevadas a cabo con la intención de equilibrar los beneficios de la tecnología con la necesidad de ser más conscientes del bienestar de las generaciones más jóvenes. Para los planificadores, esta tendencia sugiere una mayor necesidad de equilibrar la interacción digital con la vinculación en persona, y así fomentar la comunicación significativa y la empatía dentro de las comunidades. Esto implica generar espacios presenciales donde los jóvenes puedan participar en los procesos de planificación, para así fortalecer su vínculo con la comunidad y entre ellos.

6. Los hongos son el futuro

La cultura pop puede llevarnos a pensar que una era dominada por los hongos representa el fin de la humanidad, ya que solemos relacionarlos con un mundo apocalíptico, pero los beneficios ecológicos y de salubridad que tienen los hongos deberían entusiasmar a más personas que solo a los emprendedores del mundo de las setas, o mushroompreneurs como son conocidos entre los angloparlantes. Los hongos nos pueden ayudar a alejarnos de los combustibles fósiles,  reducir el colesterol, realizar trasplantes de órganos exitosos, combatir la contaminación plástica, eliminar los microcontaminantes del agua contaminada y hacer la transición a sistemas alimentarios más sostenibles. En 2023, las ventas de hongos en Estados Unidos alcanzaron los USD 1.040 millones, y se prevé que el mercado se triplique  en los próximos 10 años. Dado que cada vez hay más interés por parte de los planificadores en buscar soluciones basadas en la naturaleza para los entornos urbanos, los hongos podrían comenzar a tener un papel clave en la creación de mejores espacios de vida.

7. Equilibrio entre la demanda de energía renovable y los derechos indígenas

Dado que el interés en la energía renovable se ha disparado, también lo ha hecho la necesidad de extraer los minerales y metales en bruto requeridos por estas tecnologías, y se estima que  la demanda se cuadruplicará  para 2040. Algunos de estos elementos son el litio, el cobalto y el silicio, así como más de una docena de tierras raras. Pero la minería conlleva innumerables costos humanos y  ambientales,  que a menudo ocurren en áreas desfavorecidas y a expensas de ellas. Esto enfrenta los intereses gubernamentales y privados con los pueblos indígenas, sobre todo por la extracción y  explotación de recursos  en tierras tribales.

Más de la mitad de los proyectos para extraer materiales para la transición energética se encuentran en tierras indígenas o cerca de ellas, y los pueblos indígenas se ven  directamente afectados  por más de un tercio de los conflictos ambientales mundiales, ya sea por la pérdida de tierras o de sustento. Se están llevando a cabo acciones para impulsar la soberanía indígena.

El uso y la propiedad de la tierra son cuestiones fundamentales para el problema y para las posibles soluciones, como también lo son la capacidad de tener en cuenta los diferentes puntos de vista y las necesidades de las personas a las que más afectarán estas decisiones. Proteger los derechos soberanos de los pueblos indígenas podría reducir el impacto negativo de los conflictos ambientales que presenta la transición a las energías renovables, además de proporcionar nuevas soluciones. Una de esas soluciones es aplicar el  conocimiento indígena  en los enfoques existentes para la mitigación y adaptación al cambio climático, por ejemplo, la forma en que varias naciones nativas están  reintroduciendo el bisonte  en las llanuras de Estados Unidos para mejorar los resultados ambientales y socioeconómicos.


El 2025 Trend Report for Planners fue escrito por Petra Hurtado, PhD; Ievgeniia Dulko; Senna Catenacci; Joseph DeAngelis, Instituto Americano de Planificadores Certificados (AICP, por su sigla en inglés); Sagar Shah, PhD, AICP; y Jason Jordan. Fue editado por Ann Dillemuth, AICP.  

Jon DePaolis el editor sénior de la APA. 

Imagen principal: Se ve cómo sale el vapor de las torres de refrigeración del centro de datos de Google en The Dalles, Oregón. Crédito: Google.

Conferences

Lincoln Institute Session at the 2024 IAAO Annual Conference

April 27, 2024 | 8:30 a.m. - 9:30 a.m. (EDT, UTC-4)

Offered in English

The annual conference of the International Association of Assessing Officers (IAAO) offers state and local assessing officials the opportunity to hear varied perspectives on property tax issues from practitioners and valuation experts. This year, the Lincoln Institute will present a plenary session on best practices and real-world challenges in property taxation.

This session will explore the challenge of applying the best practices for assessment administration in the real world of property taxation, illustrated by general perspectives from the Netherlands. The discussion with experts from the Netherlands Council for Real Estate Assessment (Waarderingskamer) will spotlight the new Lincoln report, Lessons from the Netherlands: Real Estate Assessment and Property Tax Systems. The report offers perspectives on developing a stable, efficient, and continuously improving system that earns the trust of taxpayers.


Details

Date
April 27, 2024
Time
8:30 a.m. - 9:30 a.m. (EDT, UTC-4)
Language
English

Keywords

Local Government, Property Taxation, Public Finance, Valuation

Lincoln Vibrant Communities Teams Program, September 2025

Submission Deadline: July 13, 2025 at 11:59 PM

The submission deadline has been extended to July 13, 2025, 11:59 p.m. ET.

The Lincoln Vibrant Communities Teams Program is a 24-week program designed for teams of up to six individuals committed to tackling a real-world challenge in their communities. Utilizing concepts from the Lincoln Vibrant Communities Fellows and Communities of Excellence 2026’s Building Strong Teams for CollaborACTION programs, this initiative provides structured support, expert coaching, and collaboration opportunities to drive impactful solutions.

Participants will engage in immersive in-person education; an online leadership curriculum; and specialized coursework covering scenario planning, data visualization, strategic communication, conflict mediation, and policy development. The program culminates in a nine-credit graduate certificate in Advanced Public Sector Leadership, providing a pathway for further academic and professional growth.

Through applied learning, expert-led discussions, and collaboration, teams will develop innovative solutions to enhance resilience and inspire impactful change. Graduates join a national network of leaders dedicated to fostering sustainable, engaged communities.

The program begins on September 11, 2025, in Chicago. Applications are due July 13, 2025.


Details

Submission Deadline
July 13, 2025 at 11:59 PM

Keywords

Economic Development, Housing, Infrastructure, Local Government, Planning, Poverty, Public Finance, Value Capture

The Lincoln Vibrant Communities Fellows Program, September 2025 

Submission Deadline: July 13, 2025 at 11:59 PM

The submission deadline has been extended to July 13, 2025, 11:59 p.m. ET.

The Lincoln Vibrant Communities Fellows Program is a 24-week program designed to build capacity to address challenges in communities using the best practices tools and research of the Lincoln Institute of Land Policy and the academic excellence of Claremont Lincoln University. This collaborative program offers graduate-level education, expert coaching, and peer networking to support public and private sector leaders in advancing sustainable community development.

Participants will engage in immersive in-person education; an online leadership curriculum; and specialized coursework covering scenario planning, data visualization, strategic communication, conflict mediation, and policy development. The program culminates in a nine-credit graduate certificate in Advanced Public Sector Leadership, providing a pathway for further academic and professional growth.

Through applied learning, expert-led discussions, and collaboration, fellows will develop innovative solutions to enhance resilience and lead impactful change. Graduates join a national network of leaders dedicated to fostering sustainable, engaged communities.

The program begins on September 11, 2025, in Chicago. Applications are due July 13, 2025.


Details

Submission Deadline
July 13, 2025 at 11:59 PM

Keywords

Economic Development, Local Government, Planning