Prevención de riesgos en los asentamientos irregulares
Una versión más actualizada de este artículo está disponible como parte del capítulo 2 del libro Perspectivas urbanas: Temas críticos en políticas de suelo de América Latina.
En los últimos años América Latina ha sufrido muchos desastres naturales que han tenido impactos particularmente graves en asentamientos irregulares de áreas densamente urbanizadas. Con base en las conclusiones de investigaciones que el Banco Mundial y otras instituciones financiaron en México en noviembre de 2000, el Instituto Lincoln copatrocinó un seminario en las ciudad porteña de Veracruz, enfocado en las vías para atenuar los riesgos y resultados de los desastres naturales. El seminario exploró problemas como:
- La relación entre los asentamientos irregulares en áreas de alto riesgo y la regularización de procesos;
- las actitudes y esfuerzos de las poblaciones locales;
- los avances tecnológicos recientes y su relevancia para diagnosticar riesgos;
- las lecciones aprendidas de desastres anteriores; y
- las experiencias exitosas en la prevención y alivio de desastres.
Representantes de autoridades municipales y organizaciones comunitarias compartieron sus experiencias, así como metodologías técnicas y prácticas aprendidas para identificar zonas de alto riesgo, implementar políticas para reducir asentamientos ilegales en esas zonas y establecer medidas de prevención y alivio. Los participantes también identificaron la importancia de la participación social en el proceso. Las principales conclusiones se resumen a continuación:
- Los asentamientos ilegales o irregulares reflejan la incapacidad de los mercados inmobiliarios de proporcionar espacios residenciales apropiados (de bajo riesgo) para familias de bajos ingresos. Los intentos por proporcionar alivio continuarán viéndose frustrados a menos que este ambiente político mejore.
- En los niveles más altos del gobierno las acciones se emprenden casi exclusivamente de manera reactiva, tal es el caso de las medidas de alivio que se dan solamente después de ocurridos los desastres y los esfuerzos limitados para mejorar la planificación y la prevención. Existe una necesidad urgente de que los gobiernos modifiquen sus prioridades para poder evitar parte de los impactos predecibles de los desastres naturales.
- Los datos e instrumentos de dirección para mejorar los enfoques preventivos deben ponerse a la disposición de los ciudadanos y las autoridades locales, quienes han generado la mayoría de los esfuerzos exitosos de alivio en los últimos años y se encuentran en la mejor posición para generar iniciativas en el futuro.
- Es importante comenzar a promover y desarrollar pólizas de seguro que retribuirán a los hogares y localidades por daños y pérdidas y pondrán en su lugar las iniciativas para mejorar prácticas con respecto a los niveles de construcción, el mantenimiento de cursos de agua y otras medidas de prevención.
- Como la urbanización acelerada y mal administrada ha sido una causa importante en aumentar el número de familias en riesgo, así como los niveles de riesgo, una planificación urbana fortalecida debe ser un instrumento cuando se busca reducir los efectos de los desastres.
El Instituto Lincoln ha estado trabajando este problema con Servicios Urbanos Municipales y Estatales (SUME), una institución establecida a finales de 1999 para elevar la calidad y eficiencia de los niveles de administración y de gobierno a nivel local y estatal en México. SUME busca lograr estos objetivos a través de la asesoría, asistencia técnica y entrenamiento de funcionarios de gobierno. Sus actividades han sido respaldadas por el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (Hábitat), que copatrocinó este seminario, y por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Douglas Keare es miembro del Instituto Lincoln y Luis Javier Castro es el director general de Servicios Urbanos Municipales y Estatales (SUME) en la Ciudad de México.