Nuevo enfoque en políticas de suelo del Instituto Lincoln
Por Torey Hollingsworth y Alison Goebel
Desde Gary, Indiana, hasta Lowell, Massachusetts, las ciudades postindustriales más pequeñas están dando pasos estratégicos para regenerarse, con la posibilidad de seguir a las contrapartes más grandes, que lograron recuperarse, como Pittsburgh y Cleveland, mediante la construcción de los centros, la capitalización para que el lugar sea único y un enfoque en el desarrollo de la mano de obra. Esto se indica en un informe nuevo publicado por el Instituto Lincoln de Políticas de Suelo en conjunto con el Centro de Políticas de Greater Ohio.
Estas ciudades pequeñas, que poseen entre 30.000 y 200.000 habitantes, decaen debido a la pérdida de población y puestos de trabajo en fábricas, tal como en Baltimore y Detroit, pero no suelen tener las universidades grandes, los hospitales o la caridad que ayudaron a las ciudades más grandes. Llamaron la atención a nivel nacional cuando el presidente Trump publicó un mensaje que resonó entre los votantes que apoyaban a los demócratas desde hacía mucho tiempo en ciudades como Scranton, Pennsylvania, donde nació Joe Biden, exvicepresidente. Algunas de ellas supieron ser potencias en la economía del país, pero hoy evocan imágenes de fábricas y trituradoras de acero abandonadas y casas y vidrieras vacías.
“Los desafíos a los que se enfrentan las antiguas ciudades industriales más pequeñas son inmensos en el colectivo imaginario de Estados Unidos”, escriben las autoras Torey Hollingsworth y Alison Goebel, del Centro de políticas de Greater Ohio, en Revitalizar las antiguas ciudades industriales más pequeñas de los Estados Unidos: estrategias para lograr el éxito postindustrial, desde Gary hasta Lowell. “No es una coincidencia que Billy Joel y Bruce Springsteen hayan elegido a Allentown, Pensilvania, y Youngstown, Ohio, respectivamente, como símbolos de la muerte de una especie de sueño americano”.
El argumento del informe es la reinversión en las antiguas ciudades industriales más pequeñas, y explora estrategias que resultaron ser prometedoras en algunos lugares. Estudia 24 ciudades de 7 estados del centro oeste y el noreste: Michigan, Indiana, Ohio, Pensilvania, Nueva York, Nueva Jersey y Massachusetts. Mide el progreso de cada ciudad entre 2000 y 2015 mediante una serie de indicadores, desde empleo hasta cambio de la población, y describe estrategias de revitalización que mostraron buenos resultados hasta ahora.
Las ciudades son muy distintas: algunas tienen el beneficio de estar cerca de grandes ciudades, como Filadelfia o Nueva York, mientras que otras están más aisladas; pero todas tienen muchas cosas en común. Luchan con una pobreza persistente, desigualdad y deterioro, agravados por la Gran Recesión. Buscan atraer a jóvenes profesionales y empresas emergentes para convertirse en alternativas asequibles a las ciudades más buscadas en el mercado, pero también necesitan apoyar a la población existente de toda la gama de ingresos y niveles de habilidades. Su primer auge de prosperidad se dio en medio de una ola de inmigración, y muchas de ellas reconocen la función de los inmigrantes un siglo después, para su renacimiento.
Las autoras explican: “No hay dos lugares iguales, pero las antiguas ciudades industriales más pequeñas pueden aprender entre sí a medida que se reposicionan, ya sea como centro regional de servicios, como competidor en el escenario nacional o mundial, o como centro turístico. “Necesitarán formar equipos desde los sectores público y privado que compartan un espíritu de colaboración y la voluntad de guiar a su comunidad en un período de grandes transformaciones”.
El informe recomienda ocho estrategias de revitalización que resultaron prometedoras en algunos lugares:
- Construir capacidad y talento cívicos: algunas ciudades, como South Bend, Indiana, y Hamilton, Ohio, crearon becas para ubicar a trabajadores jóvenes y talentosos en puestos gerenciales en los sectores público y privado, y Hamilton contrató a un administrador municipal externo para que cambie la cultura de la municipalidad.
- Promover una visión unificada en el sector público y el privado: en Lancaster, Pensilvania, el sector privado guio el lanzamiento de un plan que volvió a concebir la ciudad como centro turístico. En Grand Rapids, Michigan, los altos cargos de empresas crearon una organización que revitalizó el distrito empresarial central.
- Ampliar las oportunidades para trabajadores de bajos ingresos: Lima, Ohio, creó una organización marco para coordinar los trabajos de desarrollo de la mano de obra. En Syracuse, Nueva York, la cámara regional de comercio vinculó un proyecto de nuevos desarrollos con trabajos bien pagos y capacitación en habilidades.
- Construir sobre un sentido de pertenencia auténtico: Bethlehem, Pensilvania, convirtió parte de una planta de acero cerrada en un campus de arte y cultura, y Scranton alentó a los antiguos residentes que se habían mudado a Nueva York u otras ciudades grandes a regresar, con un énfasis en la calidad de vida.
- Concentrar los esfuerzos regionales para reconstruir un centro sólido: Syracuse priorizó los trabajos de revitalización del centro para ayudar a generar trabajos y atraer a trabajadores talentosos. York, Pensilvania, creó un distrito de mejora de empresas para recrear el centro como lugar para ventas minoristas.
- Involucrarse en la planificación comunitaria y estratégica: Dayton, Ohio, y Flint, Michigan, involucraron a los residentes en conversaciones serias sobre el uso futuro del territorio luego de grandes pérdidas de población.
- Estabilizar barrios deteriorados: Youngstown utilizó datos para identificar a los barrios con mayores dificultades y priorizó la financiación de un triaje de las viviendas que estaban en malas condiciones.
- Aprovechar las políticas estatales de forma estratégica: Ohio autorizó a los condados a crear bancos de tierra locales para responder a la crisis de vacantes y ejecuciones hipotecarias, y Massachusetts colabora con un think tank a nivel estatal para direccionar los recursos a determinadas ciudades industriales antiguas.
Revitalizar las antiguas ciudades industriales más pequeñas de los Estados Unidos es un seguimiento al informe de 2013 del Instituto Lincoln, Regenerating America’s Legacy Cities, que se centra en las ciudades más grandes, como Detroit, Baltimore, Cincinnati y Pittsburgh. Señala el último paso en la iniciativa actual del Instituto Lincoln para ayudar a construir la capacidad de estas ciudades y que estas puedan prosperar en el siglo XXI, y para garantizar que todos los residentes puedan disfrutar los beneficios de la revitalización.
Sobre las autoras
Torey Hollingsworth es gerente de investigaciones y políticas del Centro de políticas de Greater Ohio, donde administra y ejecuta proyectos de investigación, contribuye al desarrollo de políticas y trabaja con contrapartes empresariales de todo el estado. Alison Goebel es directora ejecutiva del Centro de políticas de Greater Ohio.