Un grupo de participantes realiza una visita de campo. El grupo acaba de bajarse del autobús y se está reuniendo antes de empezar su visita del plan parcial El Ensueño. En el fondo, se ven los edificios altos que el grupo va a visitar.

Formación con propósito

El rol de la financiación base suelo en el desarrollo sostenible de las ciudades latinoamericanas
Por Diego Lomelli y Luis Quintanilla, Junio 9, 2025

No hace falta dedicar mucho tiempo para entender la magnitud del desafío que enfrentan nuestras ciudades latinoamericanas en términos de financiación de infraestructura y desarrollo urbano sostenible. A pesar de inversiones significativas en proyectos de desarrollo locales, actualmente el faltante de fondos para financiación de infraestructuras es entre el 5 y 6.5 por ciento del PIB de la región, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), es decir, entre USD 355 y 462 millones anualmente. Aproximadamente el 40 por ciento de esta brecha está asociado al dominio de los gobiernos subnacionales. En un entorno de crecientes retos para la administración fiscal de los territorios a nivel local, ¿cómo pueden los gobiernos subnacionales contribuir para cerrar esta brecha? Una alternativa de solución radica en el valor del suelo urbano y las políticas para su uso como palancas para la financiación del desarrollo, ya que la valorización del suelo generada por acción pública puede ser extraordinaria, en ocasiones incluso mayor al costo de las propias infraestructuras que propician tales incrementos de valor de suelo.

Considerando, por ejemplo, el efecto de la valorización inmobiliaria que se espera sea producida por la construcción del Metro de Bogotá: se estima que las viviendas que se localizan a una distancia caminable desde las estaciones proyectadas tendrán un incremento de valor de hasta el 11 por ciento debido los beneficios de accesibilidad que se espera genere el proyecto. La valorización total de la propiedad privada generada por esta inversión podría ser utilizada como apalancamiento para financiar, al menos parcialmente, el costo del proyecto.

El intercambio de conocimientos y experiencias en torno a la gestión de este tipo de emprendimientos públicos, la planificación y las políticas de uso de suelo relacionadas, así como los diversos mecanismos de recuperación de plusvalías que las localidades pueden considerar como fuentes adicionales para su financiación, se vuelven entonces cada vez más transcendentales con miras al cumplimiento de los objetivos para el desarrollo urbano sostenible.

En este contexto, el curso Financiación urbana y políticas de suelo: revisión a partir de la experiencia colombiana “analiza los principales conceptos presentes en las políticas de suelo a través de la revisión de la experiencia de aplicación de los instrumentos de gestión de suelo y financiación en Colombia”, según la Dra. María Mercedes Maldonado, quien fue una de las coordinadoras del curso. La selección de Colombia como país sede tiene que ver con su amplia historia en la aplicación de algunos de estos instrumentos, como es el caso de la contribución de mejoras, una política fiscal cuya legislación nacional cumplió 100 años de implementación en el país en 2021, y la existencia de marcos legales que proporcionan una base para la implementación de estas herramientas.

La experiencia colombiana permite entonces evaluar avances, resultados, aprendizajes y alternativas para aportar a la discusión sobre el uso de estos instrumentos en el contexto de América Latina, una región en la que el Instituto Lincoln ha trabajado por más de 30 años, durante los cuales ha construido una extensa red de colaboradores, tanto institucionales como individuales, con quienes comparte una mirada común sobre el potencial de la gestión del suelo como parte de las soluciones a los diversos retos que enfrentan las ciudades en la región.

La Universidad de Los Andes forma parte de esta valiosa red, y por segundo año consecutivo la organización del curso se llevó a cabo en las instalaciones de esta reconocida institución a través de la coordinación del Dr. Erik Vergel, profesor asociado de la escuela de Arquitectura y especialista en temas de transporte y políticas de suelo, y de la Dra. María Mercedes Maldonado, reconocida abogada y especialista en temas de vivienda, financiación urbana, y políticas de suelo. En palabras del Dr. Vergel, esta alianza “constituye una de las más importantes para la Universidad de los Andes en cuanto a los procesos de internacionalización, divulgación de nuevo conocimiento y fomento de la capacitación de especialistas en temas urbanos en la región de América Latina y el Caribe”.

Junto con Vergel y Maldonado, el grupo de profesores lo conformaron los referentes colombianos María Cristina Rojas, arquitecta y especialista en economía y desarrollo urbano, Magda Montaña, abogada y especialista en tributación, Oscar Borrero, economista y especialista en avalúos y estudios de mercado, y Néstor Garza, economista especializado en economía urbana y regional.

Un salón de clases donde los participantes del curso prestan atención a la presentadora.
Los participantes viajaron a Colombia para formar parte del curso, el cual incluyó una mezcla de clases magistrales, ejercicios grupales, presentación de casos, juegos pedagógicos y visitas de campo. Crédito: Alejandro Barragán, facultad de Arquitectura y Diseño, Universidad de los Andes.

El curso ofreció la oportunidad para que 45 participantes, seleccionados de un grupo de 301 postulantes, se reunieran de forma presencial durante cinco días para compartir ideas y debatir sobre el estado de la implementación de distintos instrumentos en sus respectivos países. El alto número de postulaciones resaltó el interés existente sobre capacitaciones en estas temáticas.

El grupo de participantes representó 15 países de la región: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela, y estuvo conformado por profesionales de distintas áreas, incluyendo: investigadores, funcionarios públicos, estudiantes de posgrado, abogados, economistas, arquitectos, politólogos, urbanistas, ingenieros y geógrafos. La diversidad de nacionalidades y trayectorias aportó riqueza al diálogo y permitió contrastar experiencias de implementación de instrumentos de financiación urbana y gestión del suelo en diferentes países.

La estructura y contenido del curso fue diseñado para estimular el aprendizaje activo, el intercambio entre pares y la aplicación práctica de los contenidos estudiados en las clases. El programa consideró una mezcla de clases magistrales, ejercicios grupales, presentación de casos, juegos pedagógicos y visitas de campo.

El contenido temático se desarrolló siguiendo una progresión que partía desde lo general a lo específico, iniciando con una revisión del marco general de los instrumentos de financiación y gestión del suelo en Colombia dentro del contexto de América Latina. Seguidamente se abordaron conceptos básicos de mercados de suelo, la estructura espacial urbana y la formación de precios del suelo, para luego adentrarse en el estudio más detallado de instrumentos como la contribución de mejoras, las obligaciones urbanísticas y el reajuste de terrenos. El programa también contempló sesiones para estudiar la aplicación de estos instrumentos en el contexto de proyectos de movilidad urbana y provisión de vivienda social.

Una de las novedades contempladas para este año fue la introducción de la actividad lúdica denominada Tarot Urbano, un juego pedagógico cuyo desarrollo estuvo apoyado por el Instituto Lincoln en 2016 y que estuvo facilitado en esta ocasión por una de sus autoras, María Cristina Rojas. Este juego tiene como objetivo familiarizar a los participantes con distintos instrumentos de planificación, gestión del suelo y financiación urbana a través del desarrollo de estrategias que requieren de la incorporación de estas herramientas para solucionar problemáticas inspiradas en ciudades de América Latina.

José Lazarte, uno de los participantes, comentó: “se promovió una reflexión accesible y contextualizada . . . integrando conocimientos técnicos y prácticos en un formato que incentivó el diálogo interdisciplinario y el pensamiento estratégico sobre la transformación urbana”. Al respecto, Rojas dijo: “lo que pudimos ver en esta actividad es mucha discusión alrededor de los instrumentos: cuáles sirven, cuáles no, para una problemática dada”. El juego fue muy bien recibido por los estudiantes y permitió al grupo de profesores evaluar el nivel de entendimiento de distintos conceptos y herramientas a través de las estrategias desarrolladas por los participantes y la justificativa detrás de las mismas. 

Un hombre elige cartas del Tarot Urbano mientras sus compañeros lo observan. Las cartas están colocadas boca abajo sobre una mesa. Una bola de cristal brilla a lado de ellas.

Una de las actividades del curso fue el juego Tarot Urbano, en el cual se utilizan cartas que representan diferentes instrumentos de planificación, gestión del suelo y financiación urbana para proponer soluciones a problemáticas inspiradas en ciudades de América Latina. Crédito: Alejandro Barragán, facultad de Arquitectura y Diseño, Universidad de los Andes.

El último día del curso fue destinado a visitas de campo a proyectos de movilidad urbana y gestión del suelo y vivienda social en Bogotá, específicamente el cable aéreo de Ciudad Bolívar y el plan parcial “El Ensueño”. Estas visitas permitieron observar de primera mano la aplicación y el potencial de instrumentos que habían sido discutidos previamente en el salón de clase.

Esta conexión entre teoría y práctica ayuda a afianzar el aprendizaje. Al recorrer los territorios, dialogar con actores locales y ver los resultados de políticas e instrumentos en funcionamiento, los participantes pueden comprender con mayor claridad los desafíos, impactos y el potencial de las herramientas analizadas. Finalmente, la experiencia en terreno generó un espacio valioso para discutir lecciones aprendidas y reflexionar sobre la viabilidad de adaptar ciertas estrategias a los contextos locales de cada participante.

Dentro de los aspectos más positivos del curso, los participantes resaltaron la experiencia del equipo docente, la variedad de las aplicaciones y de los instrumentos presentados, los ejercicios prácticos de planificación urbana y estimación de plusvalías, y la riqueza que ofrece el intercambio entre pares de diferentes países. Al respecto, el participante Rafael Gómez comenta: “el ámbito que se maneja en este espacio es un ámbito que también invita a hacer reflexiones conjuntas frente a los escenarios que se dan en diferentes países”. Asimismo, el 100 por ciento de los asistentes mencionaron que recomendarían el curso y consideran que tendrá un impacto significativo en sus profesiones. Una de las principales oportunidades detectada en la evaluación del curso consiste en contar con más tiempo para ahondar en aspectos técnicos, políticos y de capacidad institucional que sean favorables para un despliegue efectivo de cada uno de los instrumentos presentados en el curso en conjunción con la planificación urbana. En vista de estas sugerencias, el Instituto Lincoln evaluará la oferta de cursos de especialidad sobre estas herramientas para seguir fomentando el diálogo a nivel regional.

En ese sentido, en palabras del Dr. Vergel, una importante reflexión que deja el curso “consiste en la importancia de generar espacios de alcance internacional entre profesionales en temas urbanos que permitan realizar ejercicios comparativos que faciliten el intercambio de experiencias y conocimiento sobre la coordinación entre el sector transporte y movilidad con el sector vivienda a través de los instrumentos de financiación del desarrollo urbano”.

 


Diego Lomelli es diseñador instruccional y analista en el Instituto Lincoln de Políticas de Suelo. 

Luis Felipe Quintanilla es analista de políticas en el Instituto Lincoln de Políticas de Suelo. 

Imagen principal: El plan parcial de desarrollo “El Ensueño” en Bogotá, Colombia, incluye un porcentaje de viviendas de interés social como parte del proyecto inmobiliario. Crédito: Luis Felipe Quintanilla.