Las políticas de suelo y agua pueden dar forma al entorno construido y natural para reducir el alcance del cambio climático y ayudar a las comunidades y los sistemas naturales a resistir los impactos del aumento de las temperaturas y el nivel del mar. El Instituto Lincoln promueve la política de suelo como una solución climática y fomenta la justicia climática como un elemento clave de este trabajo.
Buscamos un cambio transformador y sistémico, aprovechar las políticas de suelo y las prácticas de planificación para reducir la demanda de energía, una transición a sistemas de transporte y energía más sostenibles, el aumento de la resiliencia de la comunidad, el equilibrio de las concesiones y la creación de comunidades prósperas e inclusivas.