La historia de gente marginalizada en las regiones metropolitanas —ya sea los mil millones de habitantes que se estima viven en asentamientos informales en todo el mundo, o aquellos que viven en comunidades de bajos ingresos en países desarrollados — comienza con el suelo.

A medida que las ciudades del mundo se expanden a una tasa sin precedente, millones de personas se mudan a asentamientos no planificados que se despliegan en terrenos con pendientes precarias, áreas costeras vulnerables y la periferia urbana. Estos asentamientos, que albergan a un cuarto de todos los residentes urbanos del mundo, constituyen la mayor parte del crecimiento urbano en regiones en vías de desarrollo. Frecuentemente carecen de servicios básicos, como agua limpia y sistemas de alcantarillado.

El Instituto Lincoln se encuentra a la vanguardia del movimiento para mejorar las vidas de los moradores informales, y para abordar la disfunción de los mercados del suelo que excluyen a la gente de los beneficios de la vida urbana.

Los desafíos políticos son muy grandes. Las regulaciones del uso del suelo frecuentemente restringen la oferta de suelo con infraestructura a precios económicos, las viviendas públicas en la periferia urbana no brindan acceso a fuentes de trabajo y servicios, y los gobiernos locales no hacen un uso efectivo del valor del suelo para impulsar el desarrollo urbano. A medida que la urbanización global se intensifica en el siglo XXI, hay una clara necesidad de mejorar la planificación y el financiamiento público a largo plazo para servir a los cientos de millones de personas que se mudan a las ciudades en busca de una mejor vida.

A view of disordered power lines and an engineer at work, Delhi, India
Un ingeniero trabaja en una maraña de líneas eléctricas en Delhi, India. Copyright: UrbanCow

 

Cómo administrar el cambio a nivel de barrio

La baja calidad de vida en las áreas urbanas no es un desafío nuevo, ni está limitado al mundo en vías de desarrollo. En 1900, después de una década de crecimiento poblacional explosivo, dos tercios de los residentes de la Ciudad de Nueva York vivían en conventillos sin plomería o ventilación apropiadas. Hoy en día, las condiciones de vivienda han mejorado notablemente, pero las ciudades estadounidenses en auge enfrentan ahora una crisis de precios. En otros lugares de los Estados Unidos, las ciudades industriales “legadas”, desde Detroit a Pittsburgh y Cleveland, tienen problemas de suelo vacante, déficits de presupuesto, infraestructura desmoronada y pérdida de fuentes de empleo y población después de décadas de declinación de la base manufacturera.

El Instituto Lincoln se ha enfocado desde hace mucho en la dimensión espacial de la desigualdad. La asistencia técnica y de investigación del Instituto ayuda a las comunidades a reducir la gentrificación y el desplazamiento por medio de viviendas inclusivas, viviendas de capital compartido, fideicomisos de suelo comunitarios, y otras herramientas de generación de viviendas sociales permanentes. El Instituto Lincoln ha trabajado para hacer avanzar el desarrollo económico sostenible y la regeneración equitativa.

Cómo regenerar las viejas ciudades industriales de los Estados Unidos

Las viejas ciudades industriales de los EE.UU. padecen algunos de los mismos problemas que enfrentan las ciudades de países en vías de desarrollo: son áreas que se están recuperando de períodos de declinación urbana. Este informe sobre enfoque en políticas de suelo explora los desafíos de regenerar las viejas ciudades industriales de los Estados Unidos — ciudades que han experimentado una pérdida sostenida de población y empleo en las últimas décadas. Identifica los poderosos obstáculos que interfieren con el cambio fundamental de dinámica necesario en estas ciudades, y sugiere pasos para que las mismas superen estos obstáculos y se embarquen en el camino de su regeneración.

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