Perspectiva General

El Instituto Lincoln es una fundación privada, y obtiene sus fondos de un fondo de dotación. Debe gastar el 3,3% de su patrimonio en actividades programáticas cada ejercicio fiscal, y agrega a su presupuesto un 1,2% para gastos de gestión de inversiones.

El legado se remonta a la riqueza generada por el inventor de Cleveland John C. Lincoln, quien fundó la compañía Lincoln de Electricidad (Lincoln Electric) en 1895 (símbolo NASDAQ: LECO). De joven, Lincoln tuvo la oportunidad de conocer los trabajos de Henry George y su perspectiva sobre el impuesto a la propiedad y la equidad social. Quería que otros se enteraran de estas ideas, y para ello creó la Fundación Lincoln en 1946. Su hijo David fundó el Instituto Lincoln en 1974, y en 2006 estas dos entidades separadas se fusionaron en una sola fundación que funciona en forma privada. Esta es la estructura que sigue en pie hoy en día.

Actualmente, la cartera de inversiones incluye una participación sustancial en Lincoln Electric. La misma se considera parte del legado y no es un factor cuando se aplican los modelos para determinar la asignación de activos.

Asignación de activos:

Valores bursátiles (incluyendo mercados internacionales y emergentes): 55%

Mercados Alternativos (como fondos de cobertura, capital privado y activos reales): 30%

Deuda (incluyendo crédito sin restricciones y efectivo): 15%

Directora Principal de Inversiones

Kathryn Lincoln
11010 North Tatum Boulevard, Suite D 101
Phoenix, Arizona 85028
Teléfono: 602.393.4300
Correo electrónico: portfolio@lincolninst.edu

Filosofía

El Instituto Lincoln fue establecido como una organización perpetua. Como tal, su objetivo principal es administrar el patrimonio para maximizar su crecimiento a largo plazo. El criterio absoluto de renta es no menor al índice S&P 500. La cartera se compara con un índice de política de inversión a medida y tiene un objetivo de renta de inflación + 5,5%.

El Comité de Inversión del Instituto ha evaluado los méritos relativos de las inversiones de impacto y aquellas relacionadas con su misión. Después de un análisis cuidadoso, su política es tratar primero de obtener la mayor renta posible para cada clase específica de activos. Si una estrategia de inversión cumple inicialmente con expectativas satisfactorias de renta, otras inversiones que también respaldan nuestra misión se consideran como valor agregado. Para seleccionar a los administradores de inversión, se prefieren firmas más pequeñas tipo “boutique” a organizaciones más grandes, si bien se hacen excepciones.