Las ciudades del mundo necesitan miles de billones de dólares para mitigar sus emisiones de gases de efecto invernadero y proteger a sus poblaciones con medidas de adaptación y resiliencia. Sin embargo, solo se obtiene la mitad de lo que se necesita a través de los flujos de financiamiento climático existentes, que se alimentan principalmente de fondos internacionales públicos y privados. El financiamiento con base en el suelo es un enfoque poco utilizado que en combinación con otras fuentes de ingreso puede ayudar a cerrar la brecha y acelerar las acciones transformativas.

En muchos países, más del 90 por ciento del capital se encuentra enraizado en el suelo, en las edificaciones y en la infraestructura. Sin embargo, para muchos municipios esos activos se mantienen como un recurso financiero sin utilizar. El financiamiento con base en el suelo echa mano de este recurso para generar flujos de ingresos que puedan usarse para la adaptación, mitigación y resiliencia climática.

¿Qué es el financiamiento con base en el suelo?

El financiamiento con base en suelo es un enfoque que permite que los gobiernos locales generen ingresos para inversiones en infraestructura o recuperen sus costos, a través de la recuperación de las plusvalías del suelo que se generan como resultado de inversiones públicas y acciones administrativas o regulatorias.

Con el uso de instrumentos de financiamiento municipal como la contribución por mejoras, los pagos por impactos, la venta de derechos de desarrollo y el impuesto a la propiedad inmobiliaria, muchas ciudades alrededor del mundo han adoptado este enfoque exitosamente para financiar el mejoramiento de caminos, la construcción de puentes, viviendas asequibles y otros proyectos de infraestructura urbana.

Ya que los ingresos del financiamiento con base en el suelo se recaudan dentro de una jurisdicción (por la misma jurisdicción), se crea a nivel local un nivel de autonomía sobre la administración del financiamiento y de los recursos que es casi imposible de obtener con fondos nacionales o internacionales. Cuando se usa en conjunto con principios de planificación urbana sólidos, el financiamiento con base en el suelo puede ser una herramienta integral que permita que los gobiernos obtengan resultados positivos en el ámbito fiscal, social y ambiental. A la vez, puede contribuir de manera significativa a la acción climática y a una transición justa hacia las emisiones netas cero.

El financiamiento con base en el suelo provee de una fuente de ingresos para proyectos de infraestructura local que son críticos para la mitigación y adaptación climática, tales como el transporte público, la infraestructura verde, o la resiliencia ante inundaciones. Esta infraestructura enfrenta y reduce los riesgos climáticos —como las islas de calor, la mala calidad del aire y las inundaciones— y atrae beneficios adicionales derivados de la habitabilidad, los que pueden aumentar los precios del suelo y de las viviendas. De esta manera, se crea un ciclo de inversión virtuoso.

¿Cómo pueden los gobiernos hacer uso del suelo para financiar la acción climática?

¿Cuáles son los principios que fundamentan la recuperación de plusvalías? ¿Cuáles son los impactos potenciales de las medidas de adaptación y mitigación climática en los valores de las propiedades? ¿Cuáles son algunos ejemplos de la aplicación de instrumentos de recuperación de plusvalías alrededor del mundo?

 

¿En dónde se está usando el financiamiento con base en el suelo para financiar la acción climática?

Boston

En el distrito del puerto de Boston, de rápido desarrollo, la ciudad está financiando mejoras para la adaptación climática, —como rompeolas e infraestructura verde— a través de la contribución que los desarrolladores hacen a un fondo de resiliencia climática. El municipio espera obtener 40 millones de dólares de estas contribuciones para financiar las mejoras críticas que son necesarias para proteger al puerto del aumento del nivel del mar.

London

El municipio de Londres está haciendo uso de dos instrumentos de recuperación de plusvalías, entre los que se encuentra el Community Infrastructure Levy (pago para infraestructura comunitaria), con el objetivo de generar cerca de 800 millones de dólares para financiar parcialmente la extensión de la línea ferroviaria Crossrail. Se espera que el proyecto logre obtener cerca de 2,75 millones de toneladas en ahorro de carbono durante su vida útil.

Atlanta

Atlanta estableció un distrito de servicios especiales cerca de algunos puntos de BeltLine, el nuevo parque que se extiende por 35,4 kilómetros alrededor de la ciudad. A través del distrito, los dueños de propiedades comerciales y habitacionales contribuirán con impuestos a la propiedad inmobiliaria ligeramente superiores. El parque BeltLine reducirá la necesidad del automóvil, lo que disminuirá las emisiones, mejorará la calidad del aire y mitigará el riesgo de inundaciones gracias a su infraestructura verde.

Curitiba

En Curitiba, Brasil, un innovador programa de transferencia de derechos de desarrollo (TDR por sus siglas en inglés) ha hecho posible implementar un sistema de áreas verdes a gran escala, con el objetivo de absorber y contener inundaciones, así como reubicar asentamientos informales que se habían establecido en zonas con alto riesgo de inundaciones. A través del programa de TDR, los propietarios de suelos en áreas de alto riesgo o ambientalmente sensibles pueden obtener el derecho de realizar desarrollos en áreas designadas de la ciudad, al tiempo que sus propiedades se convierten en parques e infraestructura verde.

¿Cuál es el potencial del financiamiento con base en el suelo para la acción climática transformativa?

Escuche a este grupo de expertos discutir sobre la necesidad de una planificación urbana innovadora con foco en lo local y de instrumentos de financiamiento climático para catalizar la acción climática urbana a toda escala.

 

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The Cities Climate Finance Leadership Alliance es una coalición multinivel y con múltiples partes interesadas cuyo objetivo es disminuir la brecha en la inversión en proyectos e infraestructura climática urbana a nivel regional y local.

 

TAP es una iniciativa global que otorga ayuda a gobiernos locales y regionales para transformar sus emisiones netas cero y sus conceptos sobre la infraestructura para el desarrollo resiliente en proyectos maduros, robustos y rentables, listos para ser financiados e implementados.

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